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jueves, 22 de mayo de 2014

UNA MUJER ENTRE DOS MUNDOS.

CURIOSIDADES:


REPRESENTACIÓN DE POCAHONTAS

La literatura en el siglo XIX y el cine en el XX la han convertido en un personaje universalmente célebre: la princesa india que protagoniza una historia de amor con un inglés llegado a América en los inicios de la colonización europea. Parece una figura de leyenda, perfecta como la protagonista de una almibarada película de dibujos animados a la manera de Disney. Pero no se trata de un personaje de ficción. Pocahontas existió y sus peripecias ilustran las múltiples facetas que tuvo el encuentro entre indios y europeos en el siglo XVII.


Nacida hacia 1595, Pocahontas se llamaba en realidad Matoaka, aunque desde niña se apodó también Pokahantesú, que puede traducirse como «se divierte con cualquier cosa». Era la hija mayor de Wahunsonacock, un jefe indio al que los europeos llamaban Powhatan, que era en realidad el nombre de su pueblo, los powhatan.


Los powhatan eran una población de lengua algonquina, la misma que hablaban los pies negros, cheyennes o arapahos. Parece que provenían del norte de Florida, de donde a mediados del siglo XVI fueron empujados por otros pueblos, o los españoles, hasta asentarse en Virginia y Maryland. Allí establecieron, a través de la diplomacia o por la fuerza, una gran confederación con otros pueblos fronterizos, llamada Tsenacommacah, que incluía 200 aldeas y 30 poblaciones; en total, eran 15.000 habitantes sobre una superficie de 20.500 kilómetros cuadrados. Los powhatan poseían una economía agrícola basada en el cultivo del maíz y el tabaco, pero también practicaban la caza, la pesca y la recolección. Estaban gobernados por un jefe con autoridad absoluta, apoyado en estructuras clánicas. El poder se transmitía de forma matrilineal, lo que revela la posición favorable que ocupaban las mujeres en la sociedad powhatan y explica el destacado papel que tuvo Pocahontas.


La vida de los powhatan quedó alterada en 1607 con la llegada a la bahía de Chesapeake de un grupo de colonos ingleses. Formaban parte de una expedición organizada por una asociación de mercaderes de Londres, la Compañía de Virginia, cuyo objetivo era explorar las posibilidades económicas de la zona, desde el oro a cultivos lucrativos como el tabaco. Los inicios del nuevo asentamiento de Jamestown, a orillas del río James, fueron muy difíciles. Era una zona pantanosa y los colonos sufrieron escasez, epidemias y hambrunas. Para su supervivencia dependían del aprovisionamiento que llegaba de Inglaterra y de la ayuda de los indios.


Al principio, los powhatan no vieron mal la llegada de los ingleses. Mediante el comercio con ellos podían obtener objetos de metal como hachas y cuchillos, que les eran útiles en su vida diaria. Les cedieron, pues, algunos terrenos, pero sin derecho de propiedad, porque las tierras pertenecían a la comunidad y no podían enajenarse, sólo cederse en usufructo temporal. Los indios llamaban a los europeos tasantasa («intrusos») y los trataban como una comunidad india menor subordinada.
Pero los colonos ingleses se fueron haciendo más numerosos; al principio eran un centenar, pero pronto aumentaron a cerca del millar, aunque muchos murieron de enfermedades. También se incrementaron sus exigencias de tierras de los powhatan, que reclamaban «por derecho de descubrimiento», y aspiraban a establecer nuevos asentamientos en el interior. Todo ello provocó malentendidos y tensiones crecientes entre europeos e indios.



Cuando llegaron los ingleses, Pocahontas tenía unos 12 años. Las fuentes inglesas se refieren a ella como una niña que frecuentaba el campamento europeo, dentro de los intercambios regulares que mantenían ambas comunidades. También se refieren a un episodio muy discutido que sería el origen de la leyenda en torno a la joven india.



Uno de los colonos ingleses, el capitán John Smith, fue capturado por Opechancanough, un jefe menor powhatan, cuando dirigía una expedición para buscar comida. Según relató años después el mismo Smith, fue conducido a la capital india, Werowocomoco, y cuando estaba a punto de ser ejecutado por el propio jefe, Wahunsonacock, Pocahontas se interpuso y rogó a su padre que perdonase la vida al inglés.



Los historiadores modernos han puesto en duda esta historia. Algunos creen que fue una fabulación de Smith, quien lo relató tan sólo en un libro publicado en 1624. Otros sugieren que quizás el capitán inglés distorsionó el significado de lo sucedido, que bien pudo ser un ritual de «adopción» de Smith por parte de los indios, hecho que lo convertía más en vasallo que en invasor. A los powhatan, la amistad con Smith les servía para mantener relaciones aceptables con Jamestown y evitar una guerra general en la que los europeos tenían la ventaja de sus armas y su brutal forma de combatir, que buscaba la destrucción total del enemigo.


Salvo contadas excepciones, las relaciones entre ingleses e indios fueron envenenándose. Los powhatan trataron de doblegar a los invasores por hambre, negándose a mantener cualquier intercambio con ellos. Así, de los 900 colonos llegados desde 1607, en 1610 quedaban tan sólo 150. En 1609, los ingleses respondieron atacando una de sus capitales, Orapakes, pero sufrieron una terrible derrota. Al año siguiente se entró en un conflicto abierto, la llamada primera guerra anglo-powhatan, que duraría hasta 1614 y que estaría marcada por sangrientas razias de los ingleses en las distintas aglomeraciones indias, a las que éstos respondían con emboscadas y ataques por sorpresa.


Pocahontas fue una víctima más del conflicto. En 1613, mientras visitaba una tribu aliada, fue capturada a traición por un tal Samuel Argall, que la trasladó en barco como rehén a Jamestown con la intención de intercambiarla por ingleses prisioneros de los indios. En Jamestown, Pocahontas recibió un buen trato. Perfeccionó su inglés y fue introducida en el cristianismo, siendo bautizada con el nombre de Rebecca. Además, un colono llamado John Rolfe, pionero en el cultivo de tabaco y que había perdido a su primera esposa durante el viaje a América, se enamoró de ella y decidió pedirla en matrimonio.



Su padre no se opuso a la boda, pues los indios no eran contrarios a los matrimonios mixtos. En cambio, Rolfe hubo de escribir una carta al gobernador de la colonia para obtener su permiso. En ella aseguraba que no lo movía «un desenfrenado deseo carnal, sino el bien de la plantación, el honor de nuestro país, la gloria de Dios, mi propia salvación y la conversión al verdadero conocimiento de Dios y Jesucristo de una criatura no creyente, Pokahuntas». El enlace tuvo lugar el 5 de abril de 1614 y sirvió para reducir las querellas entre indios y europeos hasta la firma de la paz.


En 1616, Pocahontas, madre ya de un niño llamado Thomas, viajó a Inglaterra con su marido y una decena de powhatan. La Compañía de Virginia deseaba mostrar el éxito de su empresa de colonización en América, y nada mejor que una joven «salvaje» convertida al cristianismo y casada con un inglés. En Londres, la muchacha fue muy popular y apreciada por la sociedad inglesa, e incluso fue presentada al rey en palacio. Se produjo un reencuentro con Smith, lo que ha llevado a sugerir un muy improbable affaire entre ambos.


Cuando la pareja preparaba el regreso a Virginia, Pocahontas enfermó –no se sabe si de viruela, disentería o tuberculosis– y murió poco después, en marzo de 1617, a los 21 años. Su hijo Thomas fue educado en Inglaterra, y volvió a la colonia en 1640, donde amasó una gran fortuna y fue el iniciador de una de las familias más importantes de Virginia. En cuanto a los powhatan, a la muerte del padre de Pocahontas el poder pasó a manos de Opechancanough, el cual libró dos guerras contra los ingleses (1621-1623 y 1644-1646) que acabaron con la casi total destrucción de los pueblos indios.



FUENTE- Carlo Caranci. Historiador,

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