CURIOSIDADES:
Jose de Ribas nació en Napoles, en 1750. De padre barcelonés, Miguel de Ribas, que estaba al servicio de los Borbones entronizados por la fuerza de las armas españolas tras la guerra de sucesión. José de Ribas siendo un joven soldado de 20 años, mayor del ejército napolitano fue presentado en la ciudad de Livorno al conde Alexei Orlov, hermano del amante de Catalina la Grande, que se encontraba en Italia para encabezar una expedición naval contra los otomanos. Este conde vio en el joven aptitudes u lo tomó como ayudante e intérprete. Ribas viajó en la expedición rusa que hundiría la flota turca en la batalla naval de Chesme y fue enviado para instruir al sobrino del conde, el conde Bobrinski, hijo ilegítimo de Catalina la Grande con su amante, Gregori Orlov.
Retrato de Ribas como Vicealmirante de la Marina de guerra zarista |
A su llegada a Rusia, en
Peterburgo, ingresó como capitán en el
Cuerpo de Cadetes de Tierra con el documento en el que se identifica como
miembro de la nobleza española. Allí, José de Ribas entabló amistad con Iván Ivanovich
Betskoi, ministro de construcción de la zarina, y con su hija ilegítima,
Anastasia Ivanova Sokolovaya, una mujer de más edad pero que con el tiempo
habría algo más que amistad. A los 23 años se casa con esa mujer lo que le abre
las puertas del palacio de la zarina, al ser dama de compañía de la misma. José
de Ribas, ya en la corte, adoptó el nombre ruso de Osip Mijailovich Deribas.
CON POTEMKIN EN CRIMEA
José de Ribas se aburría en la
corte. En 1783, después de nueve años en San Petersburgo, consiguió entrar al
servicio del nuevo favorito de la zarina, el principe Grigori Potemkin, con el
que viajaría al sur de Ucrania. Con el paso del tiempo, Ribas, sería ascendido
a coronel, primero y posteriormente, a brigadier. Ayudaría a Potemkin a
anexionar Crimea a Rusia , y a construir una nueva flota del Mar Negro y el
puerto de Sebastopol, que será su base.
Los éxitos militares en la zona
permitieron a José de Ribas poner de manifiesto sus dotes militares, y así,
tras una gran actuación en la batalla naval del estuario de Dniéper, al oficial
le fue entregado el mando de la nueva flotilla de remos del Mar Negro, la mitad
de sus efectivos eran cosacos. José de Ribas los instruyó para convertirlos en
una terrible fuerza de choque para operaciones de desembarco. Esto se vio
confirmado en la toma de la fortaleza de Ochakov, en la estratégica isla de
Berezán, que le valió el ascenso a general mayor.
En otoño de 1789, José de Ribas
consolidó su reputación tomando la estratégica población de Hadjibei durante la
noche, con su fortaleza costera de Yeni Dunai, protegida por una nutrida
escuadra turca que no se enteró del paso de la flotilla rusa. Ese lugar era
,para José de Ribas, un formidable lugar para la construcción de un gran puerto
militar y comercial, y es allí donde levantaría más tarde la ciudad de Odessa.
El camarada y amigo de Ribas, el general Alexander Suvorov, máxima figura
militar de Rusia y considerado por muchos especialistas como el guerrero más
dotado de todos los tiempos, no perdió ninguna batalla en la que participó, exclamó
tras la toma de Yeni Dunai: “Con un buen regimiento, este hombre nos toma él
solo Constantinopla”.
Sitio a la fortaleza Ochakov |
EL SITIO DE LA FORTALEZA DE ISMAIL
Pero sería en el año siguiente
cuando Ribas cosecharía su mayor logro. Los generales rusos estaban atascados
ante los muros de la formidable fortaleza de Ismail, a orillas del Danubio,
obstáculo para llegar a Estambul. Esta fortaleza fue diseñada por los mejores
especialistas franceses y alemanes y se consideraba inexpugnable. José de Ribas
condujo a su flota a través de la desembocadura del Danubio y remontó el río
hasta la fortaleza, que cercó desde la parte sur tras dejar no operativas a un
centenar de naves turcas. Antes de esta empresa, él único que disponía de un
plan con posibilidades de éxito era Ribas frente a los demás generales rusos.
El consejo presidido por el teniente general Gudovich decidió levantar el
asedio y partir en retirada. Sin embargo, Ribas mandó cartas a Potemkin con el
encargo de convencerlo de que enviara a Suvorov, al teatro de operaciones. El
asedio se reemprendió y se lanzó un
ultimátum que no fue escuchado. Días después, Ismael cayó en las manos rusas
después de enviar nueve columnas para asaltar la fortaleza según el plan
diseñado por Ribas. Fue una de las mayores masacres del siglo y una victoria
legendaria para los rusos, que estos conmemoran con solemnidad en cada
aniversario importante. Por esta victoria, Ribas recibió una espada de oro
cubierta de diamantes y propiedades en Bielorrusia con más de 800 siervos. De
esta forma, José de Ribas entró a formar parte del circulo de las águilas de
Catalina, formada por capitanes victoriosos. Una año más tarde el imperio
otomano se vería empujado a pedir la paz. El tratado de Jassy, con la firma de
Ribas en 1792 como uno de los tres plenipotenciarios nombrados por Potemkin
para negociar, suponía la cesión a Rusia de toda la orilla norte del Mar Negro.
La toma de Izmail 1791 |
LA FUNDACIÓN DE ODESSA
Ribas, fue nombrado
contraalmirante y más tarde vicealmirante se puso manos a la obra para lograr
unos de los sueños de Potemkin, una San Petersburgo del sur, al igual que hizo
Pedro el grande con su capital del Báltico. Ribas luchó con sudor para
conseguir la aprobación de la Bahía de Hadjibei como lugar de ubicación para la
nueva ciudad, ya que existían proyectos rivales para construirla en otros
lugares. Finalmente, con un decreto personal, Catalina le encomendó lo que
sería la construcción de lo que sería la ciudad de Odessa. En sólo dos años, la
costa del Mar Negro vio nacer una nueva ciudad y un puerto visitado por barcos
mercantes de toda Europa. En el siglo XIX, Odessa llegaría a ser la certera
ciudad del imperio, después de San Petersburgo y Moscú, e ingenieros alemanes
comentaron que nunca antes se había realizado una ciudad en Europa en un plazo
tan corto.
José de Ribas en esos momentos
estaba en su mejor momento, dueño de extensas propiedades y de un imperio en
pequeño en el que podía hacer y deshacer a su antojo sin la interferencia de
sus superiores no parecía que nada le pudiera contener dentro de unos límites.
Pero en 1796 Catalina murió de repente, sin tener tiempo de desheredar a su
hijo Pablo como era su intención. Por lo que este fue nombrado Zar, pero era un
hombre taciturno, extraño, susceptible y obsesionado con lo castrense pero sin
aptitudes para ello. La mayoría de sus contemporáneos le juzgaban incapaz para
gobernar y Catalina, tenía motivos para impedir su llegada al trono, ya que
este la odiaba por haber matado a su padre para conquistar el poder, por
haberle apartado de las responsabilidades cuando era príncipe y por haberse
rodeado de favoritos. Catalina temía que si Pablo llegaba a reinar, llevaría a
la zozobra al imperio. Efectivamente, una voz coronado, destituyó a los
favoritos y entre ellos a José de Ribas al que fue llamado a San Petersburgo
para abrirle un proceso por supuestas malversaciones en la construcción de
Odessa.
El puerto de Odessa |
LA CONSPIRACIÓN CONTRA EL ZAR
Parecía que los servicios del
español habían tocado fin, pero este se las arregló para dar la vuelta a la
tortilla y ganarse la confianza del emperador. Tras su absolución en el juicio,
le fueron devueltos todos sus cargos, aunque se le ordenó permanecer en Petersburgo.
Nunca más volvería a visitar la ciudad que fundó. Como se pensaba, el emperador
Pablo, tomó decisiones erráticas, como suprimir todas las reformas legales
emprendidas por su madre y restableció el absolutismo en todo su rigor. Los
estamentos dirigentes de Rusia, acostumbrados a una corte ilustrada y
relativamente tolerante de catalina vieron como el clima de la corte viró a un
signo contrario y pronto se apoderó el descontento entre ellos.
Impulsado y apasionado, Pablo I,
sometió a su país a continuos vaivenes. Primero participó en la coalición
contra la Francia revolucionaría. Luego, enfadado con sus aliados y ante la
proclamación de Napoleón como primer cónsul, el zar imprimió un giro de tuerca
a su política exterior y dio un comienzo de aproximación con Bonaparte, con la
intención de castigar a los ingleses y austríacos por traidores. Por aquel
entonces, la perspectiva de una guerra con Inglaterra no era bien vista ni
deseada por la nobleza y dirigentes rusos. Ribas era almirante, pero un contubernio
realizado por opositores, le hizo caer en desgracia y Pablo lo apartó de sus
cargos en marzo de 1800. De esta forma, Ribas, contactó con los descontentos y
inició la conspiración contra Pablo I.
Fueron tres figuras los
iniciadores del plan para el golpe de Estado: Jose de Ribas, el vicecanciller
Nikita Panin y el gobernador de San Petersburgo Piort Alexeyevich Von Palen.
Estos tres intentaron ganarse la confianza del príncipe Alejandro, el heredero,
quién aceptó participar con reticencias para apartar a su padre del trono,
vista la incapacidad para reinar. José de Ribas se ganó de nuevo la confianza
del emperador al elaborar un plan para el refuerzo de las defensas de la base
naval de Kronstadt, ante la perspectiva de un posible ataque inglés. Aquello le
daba acceso directo al Zar, parte imprescindible en el plan para efectuar
acciones. En aquellos días enfermó de gravedad el almirante Kusheliov, ministro
de la Marina, quién detentaba el mando directo de todas las flotas del imperio,
y Ribas fue nombrado para realizar sus funciones.
Sin embargo, no podrá llevar a
buen puerto el plan de magnicidio porque fue presa de las fiebres crónicas que
le habían asaltado durante sus campañas, falleciendo el 2 de diciembre de 1800.
Algunas fuentes comentan que Von Palen envenenó a su cómplice, por el temor a
que en su delirio pudiera delatar a los otros conspiradores. Independientemente,
Pablo I fue asesinado el 11 de marzo de 1801 por un grupo de oficiales que
irrumpió de noche en el castillo de San Miguel, la fortaleza que se creía
inexpugnable. En agosto de 1824, la calle llamada del Gymnasium fue rebautizada
como calle Deribasovskaya en honor al fundador de Odessa, el único español que
desempeñó un papel de importancia en la historia de Rusia.
El gobernador de San Petersburgo |
BIBLIOGRAFÍA
El súbdito de la zarina (Roca Editorial de libros)
Diego Merry del val.
El súbdito de la zarina es el retrato novelado de la vida de un personaje histórico, José de Ribas (1750-1800), voluntario español en el ejército de Catalina la Grande. Una brillante carrera militar, jalonada por victorias que le valieron algunas de las más importantes condecoraciones del Imperio, la fundación de la ciudad
El súbdito de la zarina es el retrato novelado de la vida de un personaje histórico, José de Ribas (1750-1800), voluntario español en el ejército de Catalina la Grande. Una brillante carrera militar, jalonada por victorias que le valieron algunas de las más importantes condecoraciones del Imperio, la fundación de la ciudad
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