SINOPSIS:
Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En la primavera de 1942, Japoneses y aliados ocupan una isla del Pacífico. Un grupo de soldados ingleses es enviado a una misión casi suicida a través de la espesa y agobiante jungla; se trata de desmantelar una emisora enemiga. Cabe destacar el análisis psicológico de los personajes.
COMENTARIO DE LA PELÍCULA:
La
historia que hay detrás de "Comando en el Mar de la China" es bastante curiosa. Por un lado
está vista como una secuela de "Doce del
patíbulo", pero en realidad es un precedente de "Apocalypse Now".
Paradójicamente el éxito de "Doce del patíbulo" no era el que esperaba Robert Aldrich, su director. En 1967 la Guerra de Vietnam estaba en su apogeo y Aldrich había intentado rodar una película anti-belicista en el que se mostrara que sólo los criminales y los psicópatas pueden disfrutar en la guerra. Una idea resumida en la famosa secuencia de la evaluación psiquiátrica. Pero lo que le había salido era algo completamente opuesto: una de las mejores películas bélicas de acción. Así que Aldrich se propuso enmendar su error. Esta vez no habría dudas de que su película hacía referencia al Vietnam y a la locura que significa la guerra.
La cinta fue rodada en las junglas de Filipinas, y el rodaje no fue fácil (aunque no se convirtió en la pesadilla de "Apocalypse Now"). Aldrich llegó a negar un permiso a Cliff Robertson para que fuera a recoger el oscar que había ganado por "Charly". En cuanto al argumento, éste fue sacado de una novela nunca publicada que se había quedado en el cajón de los recuerdos en los estudios de la ABC films y que se titulaba "Don't die mad". Aldrich la adaptó a los tiempos, haciendo referencia a los movimientos pacifistas o humanizando al enemigo. Sin ir más lejos, Yamaguchi (Ken Takakura) el oficial japonés, se niega a ejecutar o permitir que torturen a los prisioneros. Y si nos fijamos en el poster de la película, el soldado muerto lleva un fusil M-16.
La acción se sitúa en las Nuevas Hébridas, un grupo de islas al sur del Pacífico, aunque históricamente hablando los japoneses nunca llegaron hasta allí. Pero eso es lo de menos. Se organiza un comando para acabar con una estación de radio japonesa localizada en medio de la jungla. Un oficial americano (Cliff Robertson) es reclutado por su dominio del japonés. Acompañará a los comandos británicos hasta el objetivo. Pero ni el oficial yanqui está pletórico de entusiasmo en cumplir con su deber patriótico ni el comando británico es el típico grupo de hombres entrenados y dispuestos a todo. El primero es el típico oficial administrativo que intenta escaquearse y en cuanto a los "aguerridos comandos" son una pandilla de soldados desencantados que fueron evacuados antes de que Singapur fuera conquistada y entre los que encontramos a Michael Caine en el papel de "listillo" londinense. Por si fuera poco están liderados por un capitán completamente incompetente aunque valiente (Delhom Elliot).
Como en otras películas suyas, Aldrich siempre realiza un breve retrato psicológico de los diferentes personajes mostrándonos sus gustos y sus temores. Eso permite que el espectador empatice con ellos y comprenda porque pueden responder en una situación dada de la forma que lo hacen. Otro aspecto destacable son las escenas filmadas en el interior de la jungla y la recreación de la base japonesa. Se construyó una pista de aterrizaje completa y se manufacturaron más de 400 uniformes japoneses. La película tiene secuencias bastante buenas, pero sin duda la mejor es hacia el final cuando Clift Robertson le dice a Michael Caine: Usted haga “zig” que yo haré “zag”.
Una pequeña joya.
Paradójicamente el éxito de "Doce del patíbulo" no era el que esperaba Robert Aldrich, su director. En 1967 la Guerra de Vietnam estaba en su apogeo y Aldrich había intentado rodar una película anti-belicista en el que se mostrara que sólo los criminales y los psicópatas pueden disfrutar en la guerra. Una idea resumida en la famosa secuencia de la evaluación psiquiátrica. Pero lo que le había salido era algo completamente opuesto: una de las mejores películas bélicas de acción. Así que Aldrich se propuso enmendar su error. Esta vez no habría dudas de que su película hacía referencia al Vietnam y a la locura que significa la guerra.
La cinta fue rodada en las junglas de Filipinas, y el rodaje no fue fácil (aunque no se convirtió en la pesadilla de "Apocalypse Now"). Aldrich llegó a negar un permiso a Cliff Robertson para que fuera a recoger el oscar que había ganado por "Charly". En cuanto al argumento, éste fue sacado de una novela nunca publicada que se había quedado en el cajón de los recuerdos en los estudios de la ABC films y que se titulaba "Don't die mad". Aldrich la adaptó a los tiempos, haciendo referencia a los movimientos pacifistas o humanizando al enemigo. Sin ir más lejos, Yamaguchi (Ken Takakura) el oficial japonés, se niega a ejecutar o permitir que torturen a los prisioneros. Y si nos fijamos en el poster de la película, el soldado muerto lleva un fusil M-16.
La acción se sitúa en las Nuevas Hébridas, un grupo de islas al sur del Pacífico, aunque históricamente hablando los japoneses nunca llegaron hasta allí. Pero eso es lo de menos. Se organiza un comando para acabar con una estación de radio japonesa localizada en medio de la jungla. Un oficial americano (Cliff Robertson) es reclutado por su dominio del japonés. Acompañará a los comandos británicos hasta el objetivo. Pero ni el oficial yanqui está pletórico de entusiasmo en cumplir con su deber patriótico ni el comando británico es el típico grupo de hombres entrenados y dispuestos a todo. El primero es el típico oficial administrativo que intenta escaquearse y en cuanto a los "aguerridos comandos" son una pandilla de soldados desencantados que fueron evacuados antes de que Singapur fuera conquistada y entre los que encontramos a Michael Caine en el papel de "listillo" londinense. Por si fuera poco están liderados por un capitán completamente incompetente aunque valiente (Delhom Elliot).
Como en otras películas suyas, Aldrich siempre realiza un breve retrato psicológico de los diferentes personajes mostrándonos sus gustos y sus temores. Eso permite que el espectador empatice con ellos y comprenda porque pueden responder en una situación dada de la forma que lo hacen. Otro aspecto destacable son las escenas filmadas en el interior de la jungla y la recreación de la base japonesa. Se construyó una pista de aterrizaje completa y se manufacturaron más de 400 uniformes japoneses. La película tiene secuencias bastante buenas, pero sin duda la mejor es hacia el final cuando Clift Robertson le dice a Michael Caine: Usted haga “zig” que yo haré “zag”.
Una pequeña joya.
TRAILER:
Artículo de -Asier Menéndez Marín.
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