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RÉPLICA DE LA NAO SANTA MARÍA EN EL MUELLE DE LAS CARABELAS, LA RÁBIDA, EN PALOS DE LA FRONTERA |
Los historiadores expertos en los viajes de Colón a
América ponen en cuarentena el supuesto hallazgo de la nao del
Descubrimiento, porque lo rebate el propio relato del Almirante: la Santa
María fue desguazada en 1492 y sus tablas se utilizaron para construir el
fuerte Navidad. El supuesto hallazgo la carabela que encabezó el viaje del
Descubrimiento en aguas cercanas a Haití ha sorprendido a algunos de los
principales expertos españoles en Colón reunidos en Gran Canaria, donde hoy
comienza un seminario de dos días dedicados a las "Certezas y
falsedades" que circulan sobre el navegante.
El académico de la Real Academia de la Historia,
Carlos Martínez Shaw, director de una reconocida biografía del Almirante, y su
esposa, la profesora de Historia Moderna de la UNED Marina Alfonso Mola, que ha
dedicado parte de su investigaciones al marino genovés, coinciden, con
rotundidad: "Pueden que sea una Santa María, puede que sea la de Colón,
pero no es la nao del Descubrimiento".
"Santa Marías hay muchas. De hecho, Colón
llevó otra Santa María en el cuarto viaje y, surcando los mares, Santa Marías
ha habido cientos. Pero justamente de la Santa María del primer viaje hay
testimonio documental de que encalló, se desmontó y con los restos se hizo la
empalizada del fuerte", asegura Marina Alfonso Mola. Esta profesora de la
UNED defiende, sin ver la pruebas que puedan aportar quienes han anunciado el
hallazgo, que "según la documentación fiable de la época, sin manipulación
ninguna, no puede ser la Santa María", la nao propiedad del navegante santoñés
Juan de la Cosa desde la que Cristóbal Colón dirigió su primera expedición.
"Lo narra el propio Cristóbal Colón en el relato
del primer viaje: Se sufrió un naufragio en el que la nao Santa María de Juan
de la Cosa salió tan mal parada, que no se pudo reparar. Así que se desguazó
para hacer tablas y, con ellas, se construyó un fuerte de madera, el fuerte
Navidad, lo suficientemente amplio que albergaba a 39 personas", apostilla
Martínez Shaw, que fue el asesor histórico de la película rodada por Ridley
Scott con motivo del V Centenario. El fuerte estaba emplazado en el norte de
La Española, la isla que hoy alberga a Haití y la República Dominicana,
pero de él no se conservó nada. "Cuando Colón volvió en 1493, en el
segundo viaje, lo primero que constató fue que había sido destruido y todos sus
defensores, muertos. Ese fue el primer choque de que la visión idílica que él
tenía de esas tierras no era tan idílica", relata.
¿Puede que sea la otra Santa María y también de Colón?
"Puede", admite este catedrático, que recuerda que la Santa María
que el Almirante llevó en su cuarto viaje (1502) también naufragó; de
hecho, aquel fue un viaje tan desdichado, que Colón perdió una tras otra sus
cuatro naves hasta quedarse varado en Centroamérica. "En ese viaje, Colón
no llevaba nada especial, llevaba hombres para explorar y todo los
abastecimientos que lleva un barco de estos: agua, víveres, aparejos para
reparar, leña y poco más", apunta Martínez Shaw, que precisa, de nuevo,
que esos acontecimientos también están relatados por escritos por una fuente de
la época: Hernando Colón, el propio hijo del Descubridor.
Este historiador sugiere consultar a otro experto en
la navegación de la época del Descubrimiento, en este caso no presente en el
seminario de Gran Canaria: José Luis Casado Soto, exdirector del Museo Marítimo
del Cantábrico, autor del libro Barcos utilizados por Colón para descubrir y
volver (2006), el estudio, a su juicio, más documentado sobre las naves del
Almirante. "Para mí esa noticia, tal como está, hay que ponerla entre
paréntesis, entre comillas y metida en celofán hasta que veamos pruebas",
subraya el historiador cántabro.
Casado Soto advierte de que el supuesto hallazgo ha
sido realizado por buscadores privados estadounidenses que pueden estar
interesados en obtener publicidad para financiar una investigación en el supuesto
pecio, por lo que no le da fiabilidad alguna hasta que presenten "testigos
fósiles inequívocos"; es decir, cerámicas, armas, elementos de vestido u
otros objetos del ajuar del barco. Por ello, este historiador coincide con
Martínez Shaw y Alfonso Mola en que no puede ser la Santa María. Además, aporta
más datos: la Santa María de Juan de la Cosa encalló en aguas someras, donde
era fácil recuperar sus restos y en una zona que con el paso de los siglos ha
sufrido múltiples rellenos. "Hoy seguramente es tierra".
Casado Soto subraya que Colón no tenía ningún motivo
para mentir sobre lo que le pasó a su nao capitana, aunque sí recela de una
parte de su versión, la que culpa del naufragio a un error del maestre, Juan
de la Cosa, precisamente el propietario del barco. A su juicio, el
Almirante quizás se cobró ahí su particular revancha contra la persona de
confianza de Isabel la Católica en ese viaje, el hombre enviado por la Corona
para controlarlo en su aventura en busca una nueva ruta a Las Indias navegando
hacia poniente y que acabó dibujando el primer mapa del Nuevo Mundo.
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FUENTE _ Publico
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