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miércoles, 30 de octubre de 2013

LAS TRIBUS GERMÁNICAS. e.p 02



DOCUMENTAL:




SINOPSIS:

Segunda parte del documental Las tribus germánicas, del Canal de Historia.
Contada a través de un compañero de Arminio.
Descubrimiento en Hamburgo de un cementerio germano, la educación romana de Arminio, la conquista de Augusto, jinetes germanos en las tropas auxiliares romanas, excavaciones arqueológicas recientes, Germania capta (conquistada), la revuelta de Arminio, la batalla del bosque de Teotoburgo, el desastre romano, el asesinato de Arminio.



EL BOU FERRER SE SUMERGE EN LAS AGUAS DEL CAMPUS DE ALICANTE.

NOTICIAS:


El Museo de la Universidad de Alicante (MUA) ha inaugurado este miércoles la exposición El Pecio Bou Ferrer. Un Yacimiento Extraordinario, una muestra sobre la mayor nave romana en proceso de excavación en todo el Mediterráneo. Abierta hasta el próximo 23 de noviembre, la exhibición ayuda a comprender la época en la que el barco naufragó frente a las costas de La Vila Joiosa (Alicante) y que se ha convertido en uno de los proyectos más emblemáticos de la investigación valenciana.
El Bou Ferrer es una de las naves de mayor tamaño conocidas del Alto Imperio romano, época que puso fin al sistema republicano y abrazó el imperial, inaugurado por el emperador Octavio Augusto. Cuando naufragó, sus casi 30 metros de eslora –ocho de manga y cuatro de puntal- transportaban unas 3.000 ánforas de la familia llamada Dressel 7-11, fabricadas en el área de Cádiz de la época.
La muestra está diseñada -por el centro universitario, Educación de la Generalitat y Vilamuseu- para curiosos y académicos: aborda varias disciplinas desde ciencias del mar a geología, biología, filología latina o arqueología subacuática. Una selección de las principales piezas halladas en las excavaciones de este pecio encontrado por los vileros Antonio Ferrer y José Bou en 1999 apunta a las principales claves de la época en la que esta embarcación surcó el Mediterráneo.
Con la ayuda de varias proyecciones audiovisuales y a lo largo de varios paneles explicativos y vitrinas se aprecian algunos de los tesoros encontrados entre las 160 y 215 toneladas de ánforas llenas de salsas de pescado o del cargamento de lingotes de plomo precedentes de las minas de Sierra Morena (Andalucía).
La exposición se completa con diversas actividades a lo largo del mes, que comienzan el lunes 28 de octubre, a las 16 horas, con uno de los directores del proyecto, Carles de Juan, detallando el descubrimiento y la aportación que el Proyecto Bou Ferrer ha supuesto para la arqueología subacuática. A las 18 horas, ese mismo día, Consuelo Matamoros, jefa del Servicio de Patrimonio Cultural de la Generalitat Valenciana hablará de "La protección y conservación in situ del pecio Bou Ferrer".
FUENTE-El País.

LOS DIBUJOS SILENCIADOS DE LEONARDO DA VINCI VEN DE NUEVO LA LUZ EN VENECIA.

NOTICIAS:

Hay exposiciones excepcionales. Bajo el título, Leonardo, el hombre universal, la Academia de Venecia reúne 52 dibujos de Leonardo da Vinci, que desde hace 30 años no ven la luz por motivos de conservación y ahora es posible adminarlos, hasta el 1 de diciembre. Comprende una buena parte de la producción artística y de las investigaciones científicas del genio italiano: estudios de proporciones, naturaleza, armas, arquitectura, física y mecánica. “He querido presentar un diario personal, una lección de historia artística y científica del maestro”, explica a EL PAIS, la comisaria Annalisa Perissa Torrianini, especialista en la obra de Da Vinci y responsable de la conservación de los 25 dibujos “leonardianos”, adquiridos por la Academia veneciana, en 1822. “La luz es fatal para los dibujos: amenaza con borrarlos. Podemos exhibirlos solo durante tres meses. En diciembre volverán de nuevo a la oscuridad de los caveux europeos”, continúa. Se suman a la colección veneciana otros préstamos valiosos de la Biblioteca Real de Turín, la Galería de los Uffizzi de Florencia, la Galería Nacional de Parma, la Colección Real del Castillo de Windsor y el British Museum de Londres.


Todo comenzó en 1469, cuando el padre de Leonardo, Piero da Vinci, visitó el taller del famoso artista florentino, Andrea Del Verrochio. Piero da Vinci llevaba bajo el brazo un puñado de diseños, firmados por el chico, que apenas tenía 16 años. Sin pensarlo un segundo, el padre de Leonardo le suplicó al maestro para que convirtiera al muchacho en su aprendiz, no sin antes preguntarle: “¿Cree mi hijo puede sacar algún provecho de sus dibujos?”. Provecho es poco. En toda la obra del gran genio del Renacimiento, el dibujo interviene siempre. Sobre el papel, Leonardo anota ideas, hace bocetos, corrige una y otra vez. Sobre el papel, Leonardo, razona, pasa de una idea a otra con la fuerza de su mente creativa. Sobre el papel, convierte el dibujo en un arte.




A las tres de la madrugada del sábado 14 de abril de 1452, nacía Leonardo da Vinci, fruto de la relación ilegítima que mantuvo el notario Piero da Vinci con una mujer pobre, llamada Caterina. Ya desde niño, el padre advierte la capacidad inconsciente de su hijo para asociar formas con gran velocidad y llevarlas al papel. Y es por eso, que en 1469, el progenitor alquila una casa, en la cuna del Renacimiento, la ciudad de Florencia. Ese es el año en que, por primera vez Leornado, siendo un adolescente, pisa el taller de Andrea Del Verrochio, el más importante y serio de la época. En la escuela de arte, Leonardo absorbe como esponja conocimientos y técnicas de su maestro que, desarrollará durante su larga trayectoria: el uso de la luz, los matices del fondo, las formas tridimensionales, y en particular, la sensibilidad por la escultura. Uno de los dibujos más antiguos de Leonardo, Studio di panneggio per figura inginochiata, realizado a los 27 años se expone en Venecia. Es considerado un estudio de preparación para el ángel que aparece de espaldas en Bautismo de Cristo, pintado por Del Verrochio, propiedad de los Uffizzi. “La técnica es excelente, va más allá de la superficies, parece una escultura”, destaca Perissa. Se exhiben además otros dibujos peparatorios de La última cena, La batalla de Anghiari y San Juan bautista.



Artista viajero, visitó Milán, Roma y Francia. Desembarcó en la ciudad de los canales a los 48 años. El viaje dura solo dos meses, pero fue suficiente para despertar inquietudes entre los colegas de la época. Giorgione quedó impresionado al ver el dibujo diminuto (116 por 91 milímetros) de Cabeza de Cristo coronada de espinas, aquí expuesto, y preparado con una punta de oro. Han pasado más de 500 años y los reflejos dorados todavía se perciben en la melena de Cristo. El dibujo es dueño de una mirada penetrante, un rostro dramático y un gesto de sufrimiento. Perissa ha querido resaltar la fuerza de una imagen tan pequeña, colgada junto a la pintura de Giorgione, Cristo con la cruz. (68 por 88 centímetros.). “El cuadro de Giorgione no logra transmitir la potencia de la mirada penetrante que posee el Cristo de Leonardo; de ningún modo logra superar la composición novedosa del maestro”.


Leonardo consideraba que todos los elementos de la naturaleza deben ser representados en la pintura.“La pintura es la más perfecta de todas las ciencias. Si un pintor quiere ser bueno, debe confrontar su arte con todas las cosas que produce la naturaleza. Me parece muy triste el pintor que solo es capaz de hacer bien una figura y no es capaz de ver árboles, animales, flores, hierbas”, escribió el artista, en su libro La pintura.

La botánica es otro tema de la muestra, que destaca el lado más romántico de un Leonardo joven, cuya inocencia se refleja en los dibujos de ramos de moras y violetas, algunas de las cuales aparecen en pinturas firmadas por Del Verrocchio. El viaje a la mente de Da Vinci prosigue con dibujos de temas militares, efectuados entre 1483 y 1490, para pasar luego al periodo francés, bajo las órdenes del rey de Francia, Francisco I. La comisaria Perissa no oculta la emoción que provocan en ella, ver juntos, por primera vez dos dibujos que son obras maestras: Fanciulla che indica y Ninfe danzanti. El primero ha seducido durante siglos a estudiosos del mundo entero, encantados por el misterio y la magia que envuelven a esta mujer, que, con la mano izquierda señala hacia el infinito. Hay que reconocerlo, el rostro posee la sonrisa inconfundible de la Gioconda. “Ambos dibujos pertenecen a una representación teatral. Leonardo diseñaba y construía escenografías para el teatro y matrimonios. Era también lo que hoy definimos un escenógrafo”, matiza Perissa.

La muestra concluye con el dibujo más célebre de Leonardo, el Hombre de Vitruvio, realizado a partir de los estudios del arquitecto de la antigua Roma, Vitruvio. El hombre de melena larga, (que algunos críticos sostienen es un autorretrato) posa con los brazos y las piernas extendidas, y es sin duda el símbolo de las proporciones humanas ideales, que, se sobreponen a las figuras geométricas perfectas: el círculo (el cielo) y el cuadrado (la tierra). Junto al melenudo hombre vitruviano, por primera vez, cuelgan otros 11 estudios de proporciones de caballos y de perfiles humanos, indispesables para comprender la obsesión de Leonardo por las proporciones. “El pintor debe pintar respetando las reglas de un cuerpo natural, que debe presentar proporciones exactas”, escribió Leonardo, una de las mentes más brillantes de Europa durante el primer Renacimiento. Y de su genialidad quieren ser testigo los centenares de turistas que, pese a las mareas altas del otoño, hacen cola a diario para observar una exposición tan particular.

VÍDEO:





Fuente: Milena Férnandez, Venecia

lunes, 28 de octubre de 2013

LAS TRIBUS GERMÁNICAS. e.p 01


DOCUMENTAL:



SINOPSIS:

Primera parte del documental Las tribus germánicas, del Canal de Historia.
Historia contada a través de una sacerdotisa. Los comentarios de Tácito, Julio César vence a los Suevos (los primeros en atravesar el Rin), organización territorial, construcción de casas y poblados, sacerdotisas y videntes, medicina y rituales, la tumba de la mujer de Funen, organización social, ropas y textiles, sacrificios en las turberas, bosques sagrados, ídolos columnares, guerras tribales, ritos funerarios, análisis óseos, armamento, incursiones en la Galia romana, las campañas de Druso y Tiberio, la fundación de Colonia, el sometimiento de los germanos, la conquista de Germania, Arminio de los Queruscos.




OASIS DE EGIPTO.

CURIOSIDADES:


Hubo un tiempo en el cual la inmensa extensión del Sáhara no era un erial carente de vida y castigado por el sol, sino una bulliciosa sabana por la que deambulaban animales de todo tipo acompañados por diferentes grupos humanos. Los estudios de georradar de la NASA demuestran que hace 12.000 años los cursos de agua no eran extraños allí, mientras que el yacimiento de Nabta Playa –situado casi en el mismo paralelo que Abu Simbel, donde se alzan los famosos templos erigidos por Ramsés II mucho después– nos habla del modo de vida de esos grupos trashumantes de cazadores-recolectores. Por desgracia para ellos, con el tiempo las condiciones climáticas cambiaron y poco a poco la región se transformó en el desierto que hoy todos conocemos. Algunos de estos grupos humanos se terminaron asentando a orillas del Nilo y fueron el germen del que nacería la civilización faraónica. 
Los lagos de la sabana se secaron, pero en el subsuelo de algunos de ellos se conservaron grandes acuíferos con agua acumulada durante milenios. Como estos acuíferos calizos eran porosos, las gentes pudieron sacar el agua a la superficie excavando pozos. Tal fue el origen de los oasis egipcios. De todos ellos, los cinco principales se distribuyen de norte a sur formando un arco que se curva hacia el Nilo. El más septentrional es Siwa, al que siguen Bahariya, Farafra, Dakhla y Kharga, que es el más meridional. De estos cinco, el de mayores dimensiones es Dakhla, con una población cercana a las 75.000 personas y una extensión de casi 2.000 km2, mientras que el más pequeño es Farafra, donde hasta hace poco sólo vivían 2.500 personas. 
Situados en pleno Desheret («La tierra roja»), los oasis se encontraban en medio del peligroso mundo de caos que rodeaba la burbuja de orden que representaba el Nilo y por ello eran considerados por los egipcios casi como territorio «extranjero». No obstante, dado que el contacto entre el desierto y el valle del Nilo no se interrumpió nunca, los dos oasis más meridionales formaron parte desde siempre de las tierras que se encontraban bajo el control directo del faraón y sus administradores. Dakhla y Kharga fueron puntos de paso de las expediciones enviadas por el monarca hacia el sur de África en busca de bienes de lujo: marfil, incienso, pieles de pantera, ébano, oro... En cambio, en Siwa, Bahariya y Farafra no hay restos faraónicos anteriores a la dinastía XXVI. Estos tres oasis, los más septentrionales, estuvieron siempre enclavados en pleno territorio de las tribus libias, a pesar de que durante la dinastía XVIII todos los oasis occidentales fueron
absorbidos por la administración egipcia. 

El encargado de los oasis fue, en origen, el nomarca o gobernador de la provincia de Tinis (Abydos). Uno de estos nobles, Intef, aparece mencionado en su tumba como «aquél que posee autoridad sobre los oasis». Pero en época de Tutmosis III (1490-1436 a.C.) los oasis contaban ya con gobernadores propios llegados desde Tebas o Tinis. Pocas generaciones después, este cargo era ocupado por sus descendientes, nacidos en los territorios que gobernaban. La decoración de la tumba tebana de Puyenre, gran sacerdote de Amón en época de Tutmosis III, nos ofrece algunas pinceladas del control administrativo ejercido por el faraón sobre los oasis. En ella podemos ver a un escriba de quien se nos informa que está «contando el tributo de los oasis», mientras delante de él dos personas postradas en el suelo aparecen identificadas como «los grandes de los oasis del Sur y del Norte», lo cual nos indica que se trata de los gobernadores de estos enclaves faraónicos en pleno desierto.  Encontramos escenas semejantes en la tumba de Rekhmire y quizá en la de Ineni. 
Pese a la ausencia de restos arqueológicos, no hay duda de que el contacto entre los oasis y el valle del Nilo se producía de forma regular, como demuestran algunos textos. Por ejemplo, la primera vez que el oasis de Farafra aparece mencionado en textos egipcios es en una de las obras cumbres de la literatura faraónica, El campesino elocuente, la historia de un campesino a quien roban cuando se dirige al mercado. Entre los productos que este digno padre de familia del Wadi Natrun decide llevar a la capital de el-Fayum para hacer negocios se encuentran trozos de madera anut de la Tierra de la Vaca, es decir, de Farafra. 

Más allá de su relevancia como enclaves comerciales, los oasis tenían una gran importancia estratégica. Así se puso de manifiesto durante el Segundo Período Intermedio (1786-1633 a.C.), época en la que los asiáticos asentados en el Delta, los hicsos, terminaron controlando el norte de Egipto. Los últimos faraones de la dinastía XVII, con sede en Tebas, se enfrentaron a ellos en una guerra por hacerse con el control de todo Egipto, y varios documentos (la Primera y la Segunda Estela de Karnak, además de la Tablilla Carnarvon) nos hablan de la importancia de los oasis en la contienda que enfrentó al rey tebano Kamose y al soberano hicso Apofis. 

Tras lanzar un ataque preventivo contra Nubia, Kamose decidió continuar la guerra contra los hicsos empezada por su predecesor, Seqenenre Taa, dirigiéndose hacia el norte con todas sus fuerzas. Después de una primera derrota en Nefrosi, los ejércitos hicsos se retiraron hasta el Delta para reagruparse en su capital, Avaris, hasta donde fueron seguidos por los tebanos embarcados en una flota de guerra. Viendo su posición comprometida, el hicso Apofis decidió enviar un mensaje al rey de Nubia con la intención de que éste atacara por la espalda a los egipcios y poder así derrotarlos. Una vez escrita la súplica de ayuda decidió enviarla rodeando el territorio controlado por los egipcios, para lo que ordenó a su mensajero que tomara el camino de los oasis. Sin embargo, los tebanos mantenían patrullas por la zona y su mensaje fue interceptado «al sur del oasis, en el camino que  conduce a Kush». 

A pesar del control total que Egipto consiguió sobre los oasis del norte durante el Imperio Nuevo, cuando era una de las grandes potencias del Mediterráneo oriental, en época de crisis siempre se ponía de manifiesto el peligroso carácter del territorio donde los oasis estaban enclavados. Era entonces cuando los tjehenu o tjemehu, como los egipcios llamaban a los libios, intentaban alcanzar la tierra de Jauja que era para ellos el fértil y rico valle del Nilo. No se sabe si querían saquear el territorio egipcio o asentarse en él; pero tanto Merneptah como después Ramsés III tuvieron que enfrentarse a invasiones libias llegadas desde el desierto. Es muy posible que las incursiones empezaran deshaciéndose de las magras guarniciones egipcias de Bahariya y Farafra, con el fin de emplear los oasis como cabeza de puente y sortear, de este modo, las poderosas defensas egipcias situadas en la costa del Mediterráneo. 
La situación de los oasis del sur fue algo distinta. Las rutas caravaneras que pasaban por ellos en dirección al interior de África, de donde se importaban numerosos bienes, no dejaron nunca de emplearse y, por tanto, esos oasis contaron desde muy pronto con presencia faraónica. Una de esas rutas se adentraba en el desierto a partir de la región próxima a Abydos, desde donde llegaba al oasis de Kharga. Allí, un nuevo camino partía hacia el sur convertido en la ruta que hoy se conoce en árabe como Darb al-Arbain («El camino de los cuarenta días») y terminaba en el oasis de Selima, en pleno desierto nubio, a la altura de Kerma, la meta alcanzada tras un largo y azaroso recorrido. Desde Kharga, otro camino partía hacia el noroeste para conectar con el oasis de Dakhla, cuyo tamaño y riqueza explican la temprana presencia de un importante núcleo de población. Se trata del yacimiento de Ayn Asil, que parece haber alcanzado su máxima extensión a finales de la dinastía VI, durante el reinado de Pepi II. Por recientes excavaciones se sabe que en él vivieron los administradores faraónicos del oasis, enterrados en grandes mastabas emplazadas en la necrópolis de Qilat al-Dabba, situada en las cercanías. 

La autobiografía de Herkhuf, un funcionario de finales del Imperio Antiguo que sirvió a las órdenes de todos los monarcas de la dinastía VI (2494-2345 a.C.), muestra claramente el uso que hacían los egipcios de los caminos de los oasis. Herkhuf ya tenía experiencia en grandes expediciones hacia el sur en busca de bienes preciosos cuando Pepi II le encargó que tomara las rutas del desierto y se encaminara hacia Nubia. De camino al sur, Herkhuf se encontró con que el rey nubio de Yam subía hacia el norte dispuesto a destruir a una tribu libia; pero nuestro protagonista consiguió calmar su belicoso impulso y lo acompañó hacia el sur, donde los egipcios permanecieron durante meses reuniendo los productos exóticos motivo de la expedición. Tanto éxito tuvieron que su caravana provocó la codicia de otro de los reyes nubios, el de Irhat, cuyos impulsos criminales quedaron apaciguados repentinamente al ver el tamaño de la fuerza defensiva egipcia. Rápido de reflejos, el rey nubio ofreció sus soldados como escolta de la expedición egipcia durante su peligroso retorno por el desierto. Cuando alcanzó de nuevo el Nilo a la altura de Abydos, Herkhuf se halló con la agradable sorpresa de una flota de bienvenida enviada por el rey Pepi II –que entonces era un niño–, encantado con el regreso de la expedición y extasiado ante la idea de ver al pigmeo danzarín que los acompañaba. 

Algunos faraones se dieron cuenta de que los oasis, dada su lejanía de la corte, eran un lugar perfecto para exiliar a sus enemigos y librarse de ellos sin tener que recurrir a la pena capital. Así sucedió en tiempos de la dinastía XXI, cuando la región de Tebas se sublevó contra Pinedjem I. De lo sucedido sólo tenemos noticia gracias a la llamada Estela del exilio, erigida por el gran sacerdote Menkheperra y en la cual se conmemora el perdón real concedido a algunos protagonistas de la rebelión, a quienes la magnanimidad del soberano permitió retornar al valle del Nilo desde su exilio en los oasis. Como vemos, la participación de éstos en la historia del valle del Nilo es más importante de lo que cabría sospechar, dada su lejanía del mismo. Una historia que los egiptólogos están comenzando a desentrañar. 

Por José Miguel Parra. Egiptólogo.

MASADA la serie.

RECOMENDACIÓN:


SINOPSIS:

En el año 70 d.c con la caída de Jerusaleén y la destrucción del segundo templo, la rebelión judía contra la ocupación Romana se declara terminada. Pero Elazar ben Yair y su familia huyen de la ciudad prometió que la guerra judea no ha terminado. Elazar y sus seguidores tienen su sede central en la parte superior de la fortaleza de la montaña de Masada. Desde allí se llevan a cabo redadas en las aldeas ocupadas romanos en el sur de Palestina. Estos ataques guerrilleros amenazan la credibilidad de la victoria romana declarada. El comandante general de la 10 ª Legión, Cornelio Flavius ​​Silva, organiza una reunión con Elazar para negociar una tregua.De regreso a Roma, las esperanzas de Silva para implementar una tregua en Judea son aplastadas por el emperador Vespasiano,debido a las presiones políticas en el senado Romano. Silva se envía de nuevo a Judea después de asegurar los servicios del veterano comandante de asedio Rubrio Gallus. Silva también se informó de que su segundo al mando, el general Marcus Quadratusare, y Jefe Tribune Meroveo, son espías de enemigo político del emperador. Mientras que Silva se encuentra todavía en Roma, gracias a la traición de estos dos hombres, la tregua se rompe violentamente por los romanos.

REPERCUSIÓN HISTÓRICA:




Masada es el nombre en hebreo de "fortaleza" pero el nombre designa en concreto a la que se levanta en medio del desierto de Judea y que se consideraba inexpugnable. La fortaleza fue construida por Herodes el Grande entre el 37 y el 31 AC por temor a una revuelta de sus súbditos. Tenía pozos de agua y almacenes para aguantar un asedio de años. Fue ocupada por los romanos en el año 63 AC por Pompeyo el Grande estableciéndose un régimen de reino tributario para con Roma. En el año 6 pasó a ser provincia romana pero la casa real judía todavía mantenía bastante poder civil. En el año 66 estalló la Primera guerra judeo-Romana.

La mayor parte de lo que sabemos de dicha revuelta se lo debemos al historiador Flavio Josefo, un judío romanizado. Las causas de dicha revuelta son bastante llamativas. La religión judía no sólo era permitida en el Imperio Romano, sino vista con buenos ojos (en los funerales de Julio César hubo bastantes judíos). Pero una cosa eran los judíos que vivían en los diversos lugares del Imperio y otra muy distinta eran los que vivían en Judea. Estos se caracterizaban por su exagerado fanatismo religioso y no mostraban ninguna tolerancia hacia las otras religiones que aparecían en su tierra debido a su integración en el Imperio. En el año 66, gobernando Nerón en Roma, unos griegos sacrificaron pájaros delante de una sinagoga en la ciudad de Cesárea. Los judíos protestaron pero la guarnición romana no hizo nada. Eso provocó la ira de los judíos que se rebelaron, denominándoles Zelotes que quiere decir insurgente o rebelde, y expulsaron a los romanos de Jerusalén. En un audaz golpe de mano, un grupo extremista denominados Sicariostomó la fortaleza de Masada y exterminó a la guarnición. En un intento de restaurar el orden se mandó desde Siria a la Legión XII Fulminata y efectivamente fue fulminada por los judíos en la Batalla de Beht Horon. Toda la zona cayó bajo el control de los Zelotes que se dedicaron a exterminar sistemáticamente a todo aquel judío sospechoso de colaborar con Roma. Nerón se vio obligado a mandar varias legiones más al mando de Vespasiano y este consiguió pacificar el norte de la provincia en el año 68. Pero entonces cayó Nerón y en la lucha de poder estalló una pequeña guerra civil que ganó Vespasiano. Una vez establecido en el poder volvió a ocuparse de Judea enviando a su hijo Tito a reconquistar Jerusalén. El terrible asedio duró desde marzo a septiembre del 70 y tuvo como consecuencia la destrucción del Templo y la esclavización de los supervivientes. En el año 71 tan sólo quedaban por realizar "operaciones de limpieza". En el otoño del 72 tan sólo Masada permanecía en manos de los Sicarios.



La serie de televisión "Masada" precisamente nos narra el asedio y caída final de dicha fortaleza. El director Boris Sagal (el mismo que dirigió la serie "Ike") tuvo el acierto de imitar al maestro Kubrick en "Espartaco". Los romanos fueron interpretados por actores británicos y los judíos por estadounidenses. Entre los primeros tenemos a Peter O'Toole interpretando a Flavio Silva, Anthony Quaile en el papel del ingeniero romano Rubrius Galo y David Warner en el de Pomponio Falco. En los segundos está Peter Strauss que da vida a Eleazar ben Yair, líder de los Sicarios, y Barbara Carrera hace el papel de la tía buena que se enrolla con el general romano. Para la banda sonora se contrató a Jerry Goldsmith. Los exteriores fueron rodados en los lugares históricos, pero como hacía tanto calor, el rodaje se redujo al mínimo imprescindible y tan sólo se realizaba o al comienzo del día o al anochecer. El resto fue filmado en estudio.



El principal fallo de la serie es que no se libra de un descarado tono propagandístico. Nada más empezar se nos muestra a unos soldados israelíes subiendo a la fortaleza, y tras plantar su bandera, proclaman que Masada nunca más volverá a caer en manos extranjeras. Luego está el hecho de que se nos retrata a los Sicarios como una especie de hombres piadosos que tan sólo buscan la libertad y vivir de acuerdo con sus preceptos cuando en realidad eran unos asesinos fanáticos. En cuanto al guión, cuesta creerse que un tribuno romano se ponga a cargar rocas para construir la rampa, y también resulta algo insufrible cuando se ve sobreactuar a O'Toole. Pero en líneas generales la serie tiene más de bueno que de malo.



El asedio de Masada está considerado como el punto culminante en el desarrollo de las técnicas romanas de la poliorcética. Y lo cierto es que la serie las muestra bastante bien. Hay una secuencia bastante buena en la que vemos a Anthony Quaile haciendo medidas para elevar la rampa y en ella vemos una escuadra de agrimensor y un nivel en cruz (el ancestro del teodolito). También es de destacar que se hace mención a las dificultades logísticas de los romanos, estaban en medio de un desierto y todo, alimentos, madera, agua lo tenían que transportar hasta allí. Adicionalmente la recreación de los legionarios imperiales es bastante correcta. En los cinco meses que duró el asedio, los romanos rodearon Masada con ocho campamentos fortificados y luego construyeron una rampa (agger) de 196 metros de largo, que alcanzaba los 100 metros de altura, con un grosor de 5 metros y un 51% de pendiente. Por dicho agger llevaron una torre protegida con planchas de metal, artillada con Scorpias y ballistas, y con un ariete en la parte baja. Tras abrir brecha en el muro se encontraron con que los defensores habían levantado un segundo muro a base de madera y grava. Los romanos no se amilanaron y lo destruyeron también incendiándolo. Cuando por fin entraron los romanos descubrieron que los Sicarios se habían suicidado al estilo de lo que los Numantinos habían hecho unos par de siglos antes. Los hombres mataron a sus familias, luego diez de estos fueron elegidos a suertes para matar al resto. Finalmente, entre esos diez se echó a suertes quien debería acabar con los que quedaban. Este último se suicidó. Sólo sobrevivieron dos mujeres y cinco niños de los 960 habitantes de la fortaleza.

TRAILER:




Artículo de: Asier Menéndez Marín.

domingo, 27 de octubre de 2013

HALLADA EN EGIPTO LA TUMBA DE UN MÉDICO DE LOS FARAONES.

NOTICIAS:


La necrópolis de Abu Sir, situada a las afueras de El Cairo, ya cuenta con un nueva atracción para los amantes de la egiptología. Se trata de la tumba de un médico real que data de la V dinastía del Imperio Antiguo (2686-2181 a.C.), y que ha sido descubierta por un equipo de arqueólogos checo, según ha informado el Ministerio de Antigüedades de Egipto.
El sepulcro ocupa una superficie de 14 por 21 metros, tiene una altura de cuatro metros, y está construido en piedra caliza. A partir de las inscripciones grabadas en la puerta, se ha podido saber que el monumento funerario pertenece a Shepseskaf Ang, el jefe del equipo de médicos reales, y que ocupaba una posición de un elevado estatus social en la sociedad egipcia de hace unos 4.000 años.
“Este descubrimiento es importante porque esta es la tumba de uno de los grandes doctores del tiempo en el que se construyeron las pirámides, y era uno de los médicos más estrechamente vinculado con el faraón”, declaró en un comunicado público Ibrahim Alí, el ministro de Antigüedades de Egipto. Esta es la tercera tumba de un facultativo que se descubre en la necrópolis de Abu Sir, donde se encuentran varias pirámides dedicadas a faraones pertenecientes a la V dinastía.
La estructura de la sepultura consiste en un amplio patio interior, una falsa puerta de entrada, y ocho cámaras mortuorias dedicadas a Shepseskaf Ang y a sus familiares. Entre los títulos que ostentaba el médico figuran el de “Sacerdote de Ra (el Dios del Sol)”, y “Sacerdote de Khnum (el Dios del Nilo), lo que da idea de su distinguida posición social. Los expertos del Ministerio de Antigüedades consideran que Shepseskaf Ang ejerció de facultativo de varios faraones pertenecientes a la V dinastía.
El director de la misión de arqueólogos checos Miroslav Barta explicó que las sepulturas individuales de la necrópolis de Abu Sir fueron construidas a partir de la mitad de la V dinastía, por lo que datan de hace aproximadamente unos 4.000 años. Además de esta última sepultura, en este yacimiento arqueológico se han encontrado numerosos monumentos funerarios dedicados a varios sacerdotes y altos funcionarios que trabajaron en la construcción de las pirámides y los templos en homor del Dios Ra.
Barta considera que aún es posible descubrir nuevas tumbas y momias en la necrópolis de Abu Sir, en la que el Instituto Checo de egiptología, asociado a la Facultad de las Artes de la Universidad de Praga, lleva a cabo excavaciones desde el año 1976.
Abu Sir está situada en la provincia de Giza, unos pocos kilómetros al norte de las pirámides de Sakkara, y sirvió de cementerio para la clase dirigente de la antigua capital egipcia de Memfis. El recinto cuenta con 14 pirámides, la mayoría pertenencientes a faraones de la IV dinastía, además de varios templos dedicados al Dios Ra. En este yacimiento se encontraron una gran cantidad de papiros del Antiguo Imperio, muchos de los cuales fueron adquiridos por museos europeos, donde se exhiben actualmente.

FUENTE-El País.

viernes, 25 de octubre de 2013

BATALLA DE LAS ARDENAS.



DOCUMENTAL:



SINOPSIS:

Después de salir de Normandía a finales de julio de 1944 y los desembarques en el sur de Francia el 15 de Agosto de 1944, los aliados avanzaron hacia Alemania más rápido de lo planeado. Las tropas estaban fatigadas tras semanas de continuos combates, las líneas de aprovisionamiento aliadas se estiraron demasiado y las provisiones se agotaban peligrosamente. La situación del aprovisionamiento mejoró en octubre, pero la situación de las tropas aún era crítica. El general Eisenhower y su personal eligió la región de las Ardenas, dominada por el Primer Ejército, como un área que se podía conservar con el menor número de tropas posibles. Se eligió las Ardenas debido a la falta de objetivos operativos para los aliados y a que el terreno ofrecía una buena posición defensiva, no había carreteras y se sabía que los alemanes usaban la región alemana que quedaba al este de las Ardenas como un lugar de descanso para sus tropas.

GALLIPOLI.

RECMENDACIÓN:



SINOPSIS:

La historia comienza en Australia Accidental en 1915 con Archie (Mark Lee), un joven corredor de 18 años que lo único que quiere es ir a la guerra a combatir contra Turquía, un aliado del Imperio Alemán. Sin embargo su tío Wallace (Ron Graham) solo quiere que sea corredor. Luego de una carrera, Archie se va a inscribir a la caballería, pero uno de los que estaban presentes le dice a los oficiales que Archie no tenía 21 años, por lo que no podia inscribirse, allí conoce a Frank (Mel Gibson) quien le dice que en Perth podía inscribirse.
Así fue que se encaminaron a Perth, pero algo no salió muy bien y fueron a parar al desierto y en dos semanas más el tren partía rumbo a Perth, pero Archie no quiso esperar y se fue por el desierto junto a Frank, quien no tenía mucha fe en salir vivo del desierto, pero Archie sabía cómo encontrar el camino y fue así como llegaron a la hacienda del viejo Dan donde los atendieron muy bien. Frank y Archie llegaron finalmente a Perth, donde se inscribieron en la caballería, pero solo Archie ingresó, porque Frank no sabía montar a caballo.
Frank se inscribió en la infantería y fue trasladado a los campos de entrenamiento en El Cairo Egipto, donde muy pronto se reencontró con Archie y fue así como pidieron el cambio de Frank a la caballería, lo que fue aceptado ya que Frank era un corredor y serviría mucho en la caballería.
Finalmente la caballería y la infantería se trasladan a Galípoli donde estaba el ejército turco. Se inicia un bombardeo, pero los soldados turcos vuelven a las trincheras y los australianos que eran de caballería e infantería reciben la orden de atacar con la bayoneta calada y no disparar. Los turcos tenían ametralladoras y fusiles y los australianos no podían avanzar ni cinco yardas y caían muertos, era una masacre. Frank es enviado al coronel para pedir instrucciones, y éste decide cambiar la orden, pero Frank llega tarde a las trincheras para avisar del cambio. Los soldados ya habían comenzado a salir para atacar. Minutos antes de salir él mismo, Archie repite las palabras que su tío Jack (Bill Kerr) le decía antes de salir a correr : ¿Qué son tus piernas? Muelles de acero, ¿Y qué van a hacer? Llevarme a toda velocidad, ¿A qué velocidad puedes correr? A la de un leopardo, ¿Y a qué velocidad vas a correr? A la de un leopardo. En ese momento Archie y los demás salen de las trincheras quedando al descubierto, poco a poco todos caen, pero Archie resiste un poco más, varios proyectiles impactan en su cuerpo, quedando congelada la imagen de Archie con los impactos de bala en el cuerpo.

REPERCUSIÓN HISTÓRICA:
"Gallipoli" fue la película que dio fama mundial al director Peter Weir y consagró como estrella a Mel Gibson. El film seguía la estela de "Breaker Morant" incidiendo en el tema de poner en tela de juicio las relaciones entre Australia y el Imperio Británico. Pero la superó con creces en éxito y fama.


El título de la película es el de la península turca donde tuvo lugar una de las más grandes derrotas del Imperio Británico. La campaña de Gallipoli o de los Dardanelos fue larga y muy sangrienta. Se extendió desde marzo de 1915 hasta enero de 1916 y se contaron más de medio millón de bajas entre ambos bandos. Es la sexta batalla con más bajas de toda la 1ª Guerra Mundial.


La cinta sólo se centra en la participación australiana, Así que se obvia por completo el porqué de dicha batalla y su desarrollo. Pero tiene su lógica. Weir intenta hacernos ver desde el principio que los australianos tampoco tenían mucha idea de porque iban a luchar y morir en un lugar tan lejano a su tierra. Fue una superproducción que pudo llevarse a cabo gracias al magnate Rupert Murdoch. El padre de Murdoch había sido un periodista que había cubierto dicha batalla.

La campaña de Gallipoli comenzó con una idea de Winston Churchill, que en esa época era Lord del Almirantazgo, para abrir una ruta que conectase a Francia e Inglaterra con Rusia. Churchill creyó los informes del futuro Lawrence de Arabia sobre la debilidad de las fuerzas turcas en la zona. Así que mandó una flota de obsoletos acorazados para forzar el paso a través del estrecho de los Dardanelos y amenazar Estambul. A la operación se unieron los franceses. Si la operación tenía éxito podrían incluso sacar a Turquía de la guerra, Lawrence tenía razón en una cosa, las fuerzas turcas eran escasas pero eran suficientes para manejar los cañones que guardaban el estrecho. La operación naval fue un desastre, llegando a perder los aliados hasta 6 acorazados.

El secretario de guerra, Lord Kitchener, razonó que si el problema eran las fortificaciones turcas lo que había que hacer era tomarlas pero asaltándolas desde el otro lado. Una idea que luego repetirían los japoneses en Singapur. Lo malo es que el ataque naval había puesto a los turcos sobre aviso de las intenciones aliadas, así que inmediatamente comenzaron a reforzar la península con unidades de infantería.

 El 25 de abril comenzaron los desembarcos. Pero entre que los turcos estaban preparados y que los mapas aliados eran completamente erróneos, -la península de Gallipoli aparecía como terreno llano en lugar de montañoso -, las fuerzas aliadas fueron bloqueadas en las playas. Una gran parte de dichas fuerzas era el Anzac, y su participación en dicha batalla marcó el nacimiento de la conciencia nacional de Australia y Nueva Zelanda (el 25 de abril es el ANZAC's day).

 Pero los aliados no se dieron por vencidos. Cometieron el tremendo error de subestimar al ejército turco. No se dieron cuenta de que estaban invadiendo suelo turco y que iban a luchar con mucha mayor desesperación que ellos. No en vano, allí nació la figura política de Ataturk, considerado el padre de la Turquía moderna. Así que siguieron enviando tropas y tropas confiando en que en algún momento serían capaces de romper la resistencia turca. No lo consiguieron. El 9 de enero de 1916 evacuaron las playas. Winston Churchill fue forzado a abandonar el Almirantazgo y se creía que su carrera política había acabado.

 En la película de Peter Weir desde el principio se nos deja claro que la guerra europea es un asunto lejano. Algunos australianos, como el joven Archy interpretado por Mark Lee, creen que deben de ir a luchar para cumplir su deber como miembros del Imperio Británico. Archy es un prometedor atleta pero está ansioso de aventura y de conocer el mundo. En una carrera conoce a Frank (Mel Gibson) que representa a los australianos que sienten que dicha guerra es algo que no tiene nada que ver con Australia y que si los europeos se quieren matar entre ellos es su problema.

 Debido a su juventud Archy no puede alistarse en la Caballería Ligera (eso es un error, a los 18 años se podía uno alistar en Australia). Pero junto con Frank comienza un viaje a la ciudad de Perth para alistarse pues allí nadie le conoce. En el camino se ven obligados a cruzar 50 millas de desierto y es así como forjaran una amistad. Es precisamente esa amistad la que finalmente hará que el escéptico Frank acabe alistándose en la infantería para luchar en una guerra que no le importa.

 La segunda parte de la película nos muestra la perdida de la inocencia de los protagonistas narrándonos el adiestramiento del ANZAC en Egipto. Weir nos muestra de forma bastante realista la vida en aquellas condiciones: la instrucción, los juegos de rugby, el abierto desprecio hacia los mandos británicos, los burdeles. Allí Frank y Archy vuelven a encontrarse y su amistad queda revalidada en las cámaras con su simbólica ascensión a las pirámides para grabar sus nombres al lado de los grafitis dejados por otros soldados en otros tiempos.

 La tercera parte se dedica a la batalla de Gallipoli y culmina con la fatídica carga de dos regimientos de la 3ª Brigada de Caballería Ligera en la batalla de Nek. Weir nuevamente vuelve a hacer un ejercicio de virtuosismo histórico. La recreación de las trincheras de Gallipoli son realmente buenas teniendo en cuenta que los decorados fueron establecidos en Port Lincoln, Australia. Se realizó un gran trabajo de documentación que luego fue plasmado en algunas secuencias del film como por ejemplo la escena del francotirador ayudado con un periscopio. Incluso el personaje de Archy está basado al parecer en uno de los soldados que participaron en dicha batalla. Se trataba de Wilfred Harper que fue visto por última vez corriendo hacia las trincheras turcas como si estuviera en una carrera.

Aunque la cinta tiene su propia banda sonora compuesta por Brian May, los temas musicales más recordados son algunos extractos del album Oxígeno de Jean Micheal Jarre y el Adagio de Albinoni. El primero fue utilizado en los momentos en que los protagonistas están corriendo o marchando por el desierto. Sin embargo, el tema más conocido de dicho albúm no fue utilizado en la película. Para los títulos de crédito iniciales y finales, además de los momentos más oscuros y tristes, Weir utilizó el Adagio.

En el aspecto histórico, "Gallipoli" fue criticada por ser algo antibritánica. De hecho en la película, la orden de la carga suicida de la 3ª brigada parece que está dicha por un inflexible oficial británico, aunque en realidad, tanto el plan como las órdenes fueron responsabilidad de oficiales australianos. Otra muestra de "antibritanismo" es cuando se hace referencia a los desembarcos de la bahía de Suvla diciendo que "están parados tomando el té" cuando en realidad fue una lucha tan sangrienta como la de Nek. Que hubieran dicho en aquellos tiempos si hubieran visto "Braveheart".

Personalmente, lo que más me gusta de esta película es como va cambiando su tono a lo largo de su duración. Comienza como si fuera una especie de comedia, y poco a poco te va sumergiendo en el drama y la desolación de la guerra. Hasta que te deja sin palabras en su último fotograma.

TRAILER:




Artículo de: Asier Menendez Marín

EL NACIMIENTO DE LA UNIVERSIDAD.

CURIOSIDADES:



Entre mediados del siglo XII y comienzos del siglo XIII, toda Europa empezó a quedar sembrada de unas instituciones educativas que hoy día nos resultan muy familiares, pero que eran entonces una novedad: las universidades. No se sabe exactamente cuál fue la primera que se fundó. Se da a veces la prioridad a la Universidad de Bolonia, en Italia, fundada por el emperador Federico I Barbarroja al otorgar su protección especial a las escuelas de derecho de la ciudad mediante la constitución Habita, en 1155, 1156 o 1158 (la fecha no es segura). Pero en París, a mediados del siglo XII, gran número de maestros, como el célebre Pedro Abelardo (fallecido en 1142), enseñaban la retórica y la dialéctica al margen del control del obispo y los canónigos de la catedral. En cuanto a la Universidad de Oxford, su fundación suele situarse en 1163.
En el siglo XIII existía ya una docena de universidades propiamente dichas. Además de las tres mencionadas estaban la de Cambridge en Inglaterra (1209), las de Palencia (1212) y Salamanca (1218) en España, las de Montpellier (1220) y Toulouse (1229) en Francia, y las de Padua (1222) y Nápoles (1224) en Italia. A finales del siglo XIII y principios del siglo XIV se fundaron universidades en Valladolid, Lisboa, Lérida, Aviñón, Orleáns y Perusa. Las fundaciones se hicieron más numerosas a partir del Gran Cisma (1378-1417), que trastornó el papado y disminuyó mucho su autoridad favoreciendo, a cambio, las iniciativas de los príncipes seculares. El mundo germánico y las regiones periféricas se recuperaron de su retraso con la fundación, por ejemplo, de las universidades de Heidelberg (1386), Colonia (1388), Cracovia (1397), Glasgow (1451) y Uppsala (1477). De este modo, hacia 1500 había unas sesenta universidades en Europa.
La irresistible expansión geográfica de las universidades se explica por la función que cumplieron en la formación de un personal cualificado para el servicio de la Iglesia y de los Estados. Pero cabe señalar que lo que distinguió principalmente a esta institución, y lo que hace de ella un auténtico invento de la Edad Media occidental, fue su modo de organización.
Las universidades nacieron cuando profesores y estudiantes –magistri y scolares– decidieron organizarse en asociaciones profesionales para defender sus intereses ante las autoridades de las ciudades, y lo hicieron siguiendo el modelo de los diversos oficios de la época y de todas las comunidades administradas mediante representantes: el modelo de la universitas. La palabra latina designaba «la totalidad» o «el conjunto» de los miembros de un grupo –que con frecuencia habían prestado un juramento común–, en oposición a los del exterior, que no gozaban de los mismos derechos o deberes y que, en el caso de las universidades profesionales, veían cómo se les prohibía la práctica de la misma actividad. Igual que había «universidades» de carniceros, orfebres o comerciantes de telas, se hablaba de una «universidad de los maestros y de los alumnos»; así lo hizo por primera vez un legado papal en 1215, en un acto por el cual otorgaba estatutos para reglamentar con precisión las condiciones de la enseñanza en París. El objetivo era gobernarse mediante autoridades propias, a la cabeza de las cuales se hallaban «decanos», «regentes» o «rectores», y ver reconocida su independencia respecto al municipio y al obispo gracias a privilegios otorgados por el emperador, el rey o el papa.
A veces, el proceso de formación de las universidades fue conflictivo. En París, en 1200, tras una reyerta mortal entre sargentos reales y estudiantes, estos últimos obtuvieron la protección del rey Felipe Augusto, que les reconoció, asimismo, el muy ventajoso privilegio de ser juzgados sólo por los tribunales de la Iglesia. En 1209, un grupo de maestros y estudiantes de Oxford, para protestar por la ejecución de varios de ellos por orden de los burgueses en un asunto de asesinato, se declararon en huelga y luego se instalaron en Cambridge, fundando así la otra gran universidad de Inglaterra.
Como ocurre también hoy día, las universidades se dividían en facultades. La primera de ellas era la facultad de «artes», o de «artes liberales», en la que se enseñaban tres disciplinas de carácter general: gramática, retórica y dialéctica; esto es, el latín, la única lengua que se usaba en las universidades; el arte de escribir y hablar bien, y la lógica y la filosofía, el arte de pensar. Estas tres disciplinas se correspondían con el trivium, las tres artes liberales básicas de la cultura antigua. En cambio, la aritmética, la música, la astronomía y la geometría, que formaban el quadrivium, las cuatro artes liberales restantes, no se consideraban tan importantes, al igual que las «artes mecánicas», las enseñanzas técnicas, que eran despreciadas y consideradas indignas de un sabio.

El dilema de elegir carrera

La facultad de artes, en general, era la que tenía los efectivos más numerosos, puesto que proporcionaba la formación preparatoria para el eventual acceso a las otras tres facultades, a las que se consideraba «superiores»: teología, medicina y derecho. De estas tres, la disciplina reina era la teología, la «ciencia de Dios».
Sus principales lugares de enseñanza eran la Universidad de París, la primera, por su renombre y autoridad, seguida de las de Oxford y Cambridge. Los estudios médicos y, sobre todo, los jurídicos, daban lugar, como sucede en la actualidad, a las profesiones más lucrativas. Tenían menos prestigio, pero eran muy valorados por los estudiantes.

Lecturas por la mañana

En las universidades medievales se practicaban dos métodos principales de enseñanza: la «lectura» (lectio) y la «disputa» (disputatio). La lectura tenía lugar por la mañana: un maestro o un estudiante adelantado parafraseaba y comentaba una obra básica para cada materia; por ejemplo, en la facultad de artes de París, un tratado de Aristóteles. La disputa se hacía por lo general al final de la mañana o a primera hora de la tarde, y dejaba más espacio a la actividad de los estudiantes; consistía en que éstos, bajo la dirección del maestro, argumentaran sobre un problema, la «cuestión disputada», para llegar a una solución.
El primer grado al que aspiraba un alumno era el bachillerato, entregado por el maestro después de un simple examen. El estudiante «bachiller» tenía luego derecho a efectuar ciertas lecturas ante sus compañeros debutantes y participar en las disputas. La licenciatura, que indicaba el fin de los estudios básicos, la otorgaba un jurado de maestros al cabo de un cierto número de años de estudios obligatorios: cinco o seis años para los estudiantes de artes de París; ocho años, que aumentaron hasta trece en el siglo XIV, para los estudiantes de teología de la misma universidad. El examen previo adquiría el aspecto de una disputa. Para poder acceder, con posterioridad, a la «maestría» (para las artes) o al «doctorado» (en teología, medicina o derecho), el título que daba la autorización para enseñar, era necesario ser presentado por un maestro. El ritual de incorporación al cuerpo de profesores incluía una lectura, una disputa y un discurso solemne ante los miembros de la facultad. En París, además, los estatutos prohibían la admisión de un doctor en teología que tuviera menos de 34 años.
Los «escolares» nobles fueron siempre minoritarios, pues los valores de la aristocracia seguían siendo más guerreros que intelectuales. Pero muchos estudiantes pertenecían a familias ricas o, al menos, lo bastante acomodadas como para poder sufragar los largos años de estudio de sus vástagos, que vivían muy confortablemente rodeados de sirvientes en las ciudades universitarias, donde el precio de los alojamientos era muy elevado.

Pobres y pendencieros

Junto a los estudiantes ricos había otros muchos estudiantes que malvivían con escasos recursos; para proporcionarles alojamiento y comida se crearon, desde mediados del siglo XIII, los «colegios», instituciones fundadas por ricos donantes. En 1257, por ejemplo, el teólogo francés Robert de Sorbon creó una institución de este tipo en París, cuyo nombre, Sorbona, designaría mucho más tarde al conjunto de la Universidad de París. Al final de la Edad Media se contaban 68 colegios en París, muchos de los cuales acogían también a los hijos de buenas familias y dispensaban su propia enseñanza privada.
Ricos o pobres, la mayoría de estudiantes compartían una cultura estudiantil más o menos turbulenta. Pese a los severos reglamentos de los colegios, a las prohibiciones estipuladas en los estatutos universitarios y las recomendaciones de los «manuales del estudiante», los desórdenes debidos a la fogosidad e insolencia de la juventud eran frecuentes en las ciudades universitarias: alborotos al salir de las tabernas, peleas, altercados más o menos graves con los burgueses… En París, el Pré-aux-Clercs, el «Prado de los Clérigos», era, como su nombre indica, un lugar cerca del Barrio Latino en el que los miembros de la comunidad universitaria acudían a divertirse en sus ratos de expansión –se sabe, asimismo, que era un lugar habitual de prostitución y de peleas–. La lujuria, la embriaguez y el gusto por los juegos de apuestas podían ser motivo de fracaso a la hora de obtener la ansiada licenciatura, que incluía también un examen de «vida y buenas costumbres», en el que el jurado juzgaba la moralidad del aspirante. Pero cierta disipación, incluso un gusto por la «vida bohemia», como se dice en la actualidad, marcaban ya, para muchos estudiantes, sus años de universidad.

Por Julien Théry. Profesor de Historia del Occidente Medieval. Universidad de Montpellier

SORPRENDENTES SARCÓFAGOS CHACHAPOYAS DE KARAJÍA ( PERÚ ).

NOTICIAS:


Todo esto por cuanto dominaba firmemente la idea de que, de corromperse el cadáver, ya sea por putrefacción u otro agente destructor, concluía también la vida que experimentaba el ser amado más allá de la muerte.
 De apariencia humana
 En cuanto a los chachapoyas, moradores de los Andes amazónicos norteños y anteriores al incario, estos emplearon básicamente dos patrones funerarios: el mausoleo (pukullo o chullpa en quechua) y el sarcófago o purun-machu.
Los sarcófagos de los chachapoyas están conformados por una especie de gran cápsula de paredes construidas con tierra arcillosa mezclada con piedras pequeñas, algunos retazos de madera y paja brava o ichu.



Su apariencia —cabeza, busto y cuerpo— evoca los contornos de un ser humano. Por ser su interior vacuo, el sarcófago ofrece el espacio necesario para cobijar a un difunto ilustre: momificado, sentado y arropado con tejidos.
Así, convertido en un bulto funerario, el difunto era emplazado en su respectivo sarcófago o cápsula funeraria.
 Nariz prominente
 Los sarcófagos chachapoyas presentan diversas modalidades, por su forma y por su tamaño. Su difusión se limita a la margen izquierda del río Utcubamba, pues es una forma de sepulcro que no se repite en el resto del territorio andino. Debe subrayarse que el sarcófago chachapoyas imita el aspecto que adopta el fardo funerario de la etapa Tiahuanaco-Huari (Horizonte Medio). Esto se constata de modo particular en lo que se refiere a la cabeza de los sarcófagos chachapoyas conspicuos, los de Karajía, con sus mandíbulas exageradamente remarcadas, que al parecer calcaban las máscaras planas, de madera, plantadas por encima de los fardos funerarios Tiahuanaco-Huari.

Las cabezas de los sarcófagos chachapoyas eran modeladas en arcilla. Por lo mismo, observan una nariz saliente, ganchuda, al parecer alusiva a un pico de un ave de rapiña. Originalmente, todos los sarcófagos de Karajía lucían sobre sus cabezas un cráneo ritual que les confería majestad.
 El antimonio
Los sarcófagos de Karajía fueron emplazados en una gruta en lo alto de un precipicio, la que era excavada ex profeso por el hombre. No necesariamente se recurría a este procedimiento para resguardarlos de buscadores de tesoros, ya que en el antiguo Perú había un profundo respeto por los difuntos.


Ni siquiera sus pertenencias debían ser tocadas, pues, según la creencia, todavía latente, el profanador podría sufrir la parálisis de alguno de sus miembros; hasta podía producirle la muerte por venganza del difunto. Esto popularmente se conoce como “antimonio”.

Protegidos contra el tiempo

El hecho de recurrir a lo alto de los precipicios debió ser inducido por el deseo de protegerlos de las injurias del tiempo. Ciertamente, al asomar la peña desnuda a la superficie, como es el caso del barranco de Karajía, aquello no da lugar a que crezca vegetación en el sitio, que al concentrar humedad atenta contra la conservación, especialmente del material orgánico.





Adicionalmente, en aquellas alturas, el viento sopla animadamente, y aminora así la excesiva humedad ambiental que impera en los Andes amazónicos.
 ¿Quiénes eran los constructores de los sarcófagos?
 Eran los chachapoyas, cuyos ancestros, al comenzar la segunda mitad del primer milenio de nuestra era, debieron partir de zonas cordilleranas, premunidos así de cultura andina, para asentarse en los espacios norteños, correspondientes a la región de los Andes amazónicos.

Nosotros interpretamos que, como punto de partida, este fenómeno pudo obedecer a un proyecto estatal surgido en las postrimerías de la cultura Tiahuanaco-Huari, debido al aumento poblacional que por entonces se hacía cada vez más agudo.
Esta explosión demográfica presionó a diversos grupos a extender la frontera agrícola que tanto en la costa como en la cordillera ha sido en extremo reducida.

FUENTE- Federico Kauffmann Doig.