SINOPSIS:
Famosa producción de Dino de Laurentiis sobre las guerras napoleónicas, con un extenso reparto de primeras figuras de la época, miles de extras del ejército soviético y dirigido por Sergei Bondarchuk, que dos años antes había conseguido el Oscar a la mejor película extranjera para la Unión Soviética con "Guerra y Paz", adaptación de la novela de Tolstói.
REPERCUSIÓN HISTÓRICA:
Para cualquier amante de
la historia la película "Waterloo" es un clásico. Y lo curioso es que se junta en su
realización a dos personajes que cada uno por su lado, habían tratado de
reflejar un aspecto de las Guerras Napoleónicas en una película. Se
trataba de Dino de Laurentis, el productor de "War and Peace", que tuvo el acierto de encargar la dirección a
Sergei Bondarchuk, el director de la GRAN película "Voyna i Mir".
Nuevamente se volvió a contar con los soldados
del Ejército Rojo y Sergei Bondarchuk volvió a desplegar toda su maestría en la
dirección de grandes masas de extras. De hecho, las luchas representadas en
"Waterloo" parecen mayores que las que se representan en "Voyna
i Mir" a pesar de que el número de extras es diez veces menor. Una vez más
volvemos a tener esas panorámicas espectaculares del campo de batalla. Algo
realmente impresionante cuando nos muestra el momento de la carga de la
caballería francesa sobre los cuadros del ejército aliado. Junto con las
escenas de la película "Gettysburg", son las mejores escenas de batallas rodadas sólo a
base de extras y sin efectos digitales. Además, el guión trató de ser lo más
fiel posible a la historia.
La película está dividida en dos partes. La
primera nos introduce en el trasfondo histórico que desembocará en la batalla,
y la segunda es el desarrollo de dicha batalla. Al principio se nos muestra la
abdicación de Napoleón en 1814 y su salida al primer exilio. Rod Steiger se
encarga de interpretar a un Napoleón crepuscular que reprocha la presión de sus
generales para que abdique tras haberlos llevado antes a la gloria. Después de
su despedida de las tropas de la Guardia se nos muestran los títulos de
crédito. Luego volvemos a su regreso de la Isla de Elba. El orondo rey Luis
XVIII (interpretado por Orson Welles) ordena a Ney que le detenga y éste le
promete que le traerá en una jaula.
En mi opinión la mejor escena de la película es
el momento en el que Napoleón se dirige hacia las tropas enviadas por el Rey
para detenerle. Las tropas de Ney están dispuestas en una colina. Hacia ellas
avanzan a pie, Napoleón y sus fieles. Mientras las tropas de ambos bandos se
despliegan y preparan para el combate, Napoleón alza la mano derecha como
ordenando parar, pero luego la va bajando con un gesto de apaciguamiento. Sus
grognards bajan sus mosquetes y Napoleón lentamente se acerca a las tropas de
Ney. Bondarchuk entonces comienza a enfocar a la mano de Napoleón. Vemos como
esa mano se va colocando a la espalda hasta que se cruza con la mano izquierda,
de la cual agarra los dedos índice y corazón. Aunque el paso de Napoleón es
lento y tranquilo, los dedos pulgar e índice de la mano derecho se frotan con
nerviosismo. En un determinado momento las manos se sueltan y los puños se
crispan a su espalda. Nuevamente se vuelven a coger y el frote de los dedos de
la mano derecha vuelve a reanudarse mientras la cámara comienza a alejarse de
las manos y nos empieza a mostrar nuevamente a Napoleón ya casi al lado de las
tropas de Ney que siguen apuntándole. Entonces les dice: “Soldados del Quinto
¿Me reconoceis? Si queréis matar a vuestro Emperador, aquí me tenéis” y tras
una larga mirada les grita “¡Fuego!”. Uno de los soldados no puede más y cae
desmayado, el resto comienza a gritar “Vive la France!, Vive l’Empereur!”
Después de esto, Louis XVIII se exilia y
Napoleón entra triunfante en Paris. Inmediatamente comienza a dictar órdenes y
regulaciones. Ofrece la paz aunque sabe que no será aceptada, por lo que se
prepara para la futura campaña.
Los aliados no están preparados para la rapidez
de Napoleón. Dicha falta de preparación se nos muestra mediante un lujoso baile
en Bruselas al que Wellington (Christopher Plummer) ha asistido. El baile se ve
interrumpido por las alarmantes noticias del avance francés sobre Charleroi. A
toda prisa, Wellington reúne a su plana mayor y les comunica que si no puede
pararle en Quatre Bras, se parará a Napoleón en Waterloo.
Comienza así la segunda parte que nos contará el
desarrollo de la Batalla de Waterloo. Veremos al ejército
prusiano en retirada y la decisión de Blucher de apoyar a Wellington. Como
Napoleón manda a Grouchy a perseguir a los prusianos. El despliegue del
ejército aliado en Mont Saint Jean (aunque parece que el ejército solo es
británico). La explicación de porqué Napoleón tuvo que esperar hasta mediodía
para que el terreno se secara y la artillería fuera efectiva. Las luchas en la
Haye Sainte y Hougoumont... Como en “Voyna i Mir”, Bondarchuk también hace
composiciones pictóricas. Por ejemplo, la carga de los Scott Greys a cámara
lenta recuerda muchísimo a la famosa pintura de Lady Blutter que
representa dicha carga.
La batalla sigue desarrollándose. Tras la
aniquilación de los Scott Greys, Napoleón y Wellington reciben las primeras
noticias de la aproximación de los prusianos de Blucher. Napoleón se queja de
que Grouchy no está (y no podría estar nunca pues Napoleón le había dado otras
órdenes). Ney lanza su famoso ataque de caballería contra los cuadros ingleses
al creer que estos se estaban retirando. Ese es sin duda el climax de la
batalla. Las escenas y las tomas aéreas de la caballería francesa entre los
cuadros rojos son espectaculares.
Sin embargo también se encuentra aquí lo que
menos me gusta de esta película. En un momento dado, un soldado de los
Inniskilling sale de un cuadro y comienza a gritar: ”¿Por qué luchamos? ¿Por
qué nos matamos los unos a los otros? ¡Somos hermanos!” en medio de la
carnicería que está sucediendo. No me gusta por dos motivos: Primero porque esa
situación no es histórica (a un inniskilling en el siglo XIX ni lleno de
ginebra se le ocurriría hacer eso) y segundo porque es una concesión al
pacifismo que se vivía en los 70, cuando se realizó la película. En 1977 lo
políticamente correcto era mostrar el horror de cualquier guerra (estamos al
final de la Guerra del Vietnam) y además esto era una co-producción con la URSS, que
“oficialmente” clamaba por la paz entre los pueblos (aunque un par de años
después invadirá Afganistan). Me parece mucho más
efectivo como mensaje pacifista los planos y pensamientos de Wellington
mientras recorre el campo al final de la batalla.
En eso llegan los prusianos, así que Napoleón se
ve forzado a mandar a la Guardia para tratar de romper la línea inglesa antes
de que sean reforzados. Pero la Guardia es rechazada, el pánico se apodera del
ejército francés y sucede el desastre. Solo un cuadro de la Vieja Guardia
mantiene su puesto. Los ingleses le conminan a la rendición, pero tras la
respuesta histórica del general Cambrone; “Merde!” aunque aquí la dice un
soldado, el cuadro es aniquilado por los cañones británicos disparando a
bocajarro. Esta escena no tiene base histórica. Los cuadros de la Vieja Guardia
fueron destruidos, pero no así.
La batalla ha llegado a su fin. Wellington pasea
entre toda la devastación y es entonces cuando pinesa su famosa frase de la
cual existen diferentes versiones. La versión más aceptada es: “Nothing except a battle lost can be
half as melancholy as a battle won”. Aunque
en la película lo que dice es: “the
only thing worse than a battle lost, is a battle won”, lo cual es
un contrasentido si tenemos en cuenta la escena final. La película finaliza con
un plano de Napoleón derrumbándose en el asiento de su coche comprendiendo que
todo está perdido.
Desgraciadamente, la película fue un fracaso en
taquilla. De hecho afectó a la producción de otra película sobre Napoleón que
iba a dirigir Stanley Kubrick. Parece ser que iba a representar un gran número
de batallas pero como eso no era lo que gustaba, éste decidió que era mejor
abandonar dicho proyecto y dedicarse a realizar uno que conectase con el gran
público. Así que realizó "Barry Lindon" y en ella incluyo una de las
mejores escenas que representa el modo de luchar del siglo XVIII.
PELÍCULA:
Artículo de -Asier Meéndez Marín
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