CURIOSIDADES:
Según
escribió Nennio allá por el 830, debió existir un guerrero llamado Arturo. Este
Arturo no fue descrito con magia y misterio, como en los relatos medievales
posteriores, fue introducido por Nennio como un líder britano que luchó con
éxito contra los sajones.
Para
colocar en contexto a Arturo, es importante comentar que en 364, el Imperio
romano se dividió en dos; el Imperio de Occidente gobernado desde Roma, y el de
Oriente con capital en Constantinopla. Los primeros años del siglo V anunciaban
el colapso del imperio de occidente, aunque siguió luchando durante unas
décadas más, su fin se desencadenó debido a los hunos que llegaron del Asía
Central, que a su vez empujaban a otros pueblos, como los godos hacia
occidente. Así pues, los godos vencidos atravesaron el Danubio y el Rin,
obligando a otros pueblos a emigrar aún más a occidente. Roma estaba a la
defensiva, y todos los bárbaros comenzaron a abrirse paso en toda Europa, a
través de la frontera del Imperio. Uno de los jefes bárbaros, Alarico, el rey
de los visigodos, llegó a Italia en el 401, y en 408 había puesto pie en Roma.
El imperio tuvo que retirar, para hacerle frente, tropas de su colonia en
Britania.
Al
disminuir las tropas en Britania comenzaron los problemas en aquellas tierras.
Los pictos escoceses del norte iniciaron un número creciente de incursiones
cerca de la muralla de Adriano, de forma que la administración romana en el 410
solicitó refuerzos al emperador Honorio en Roma, pero con los ataques de
Alarico en Roma, el emperador no pudo enviarles ninguna clase de refuerzo, sino
además, las pocas tropas romanas en Britania fueron enviadas a Roma.
MURO DE ADRIANO |
Tras
tres siglos y medio de pertenencia al Imperio, y una creciente dependencia
militar de Roma a la estructura britana romana hacían que con la retirada de
las últimas tropas romanas de suelo británico, la estabilidad jamás conocida se
tambaleara; y la anarquía dominara en todas partes.
Germano
, obispo de Auxerre, visitó Britania en 429 como enviado de la iglesia
católica, y ofreció una visión general de aquella isla. Según su biógrafo
Constancia, a pesar de la existencia de enormes disturbios en el norte, en la
mayoría de ciudades britanas se conservaban una organización totalmente romana,
pero cuando Roma cayó los problemas fueron en aumento.
En
476, el líder germano Odovacer destronó al emperador romano Rómulo Augusto y se
proclamó rey de Italia. Desaparecido el imperio de occidente,y las esperanzas
pérdidas en su restauración, la administración central de Britania cayó
definitivamente. En diferentes lugares del país, los britanos volvieron a sus
ancestrales lealtades tribales, y los caudillos locales tomaron posesiones.
Existieron numerosas luchas territoriales, y la vida de la isla se tornó en
anarquía y oscurantismo.
Lo
que se sabe de la época posromana es muy vago. Esta falta de información es
debido a que Britania se eliminó del ámbito de los escritores mediterráneos,
proveedores la primitiva información existente. Se sabe que del norte provenían
numerosas incursiones pictas y el oeste fue invadido por los irlandeses. Si
bien, el principal problema eran las luchas internas entre los diferentes
cabecillas britanos por la supremacía regional. En este contexto de país
fragmentado fue aprovechado por los anglosajones para invadir las islas.
Los
moradores de las zonas costeras, de la Actual Dinamarca y del norte de
Alemania, cruzaron el Canal para asentarse en el Este de Britania. Algunos
cabecillas britanos contrataron como mercenarios a algunos de los invasores, en
vez de luchar contra ellos. Como pago se incluían tierras para poderse
establecer, y a mediados del siglo V, empezaron a llegar tantos anglosajones
que provocaron dificultades; lo que comenzó como inmigración se convirtió en
invasión. Las fuerzas britanas, con el paso de los años, fueron obligadas a
replegarse hacia el oeste, hasta que en por el 490 comenzaron a organizar una
serie de contraofensivas con éxito.
Los
britanos fueron comandados por un brillante líder. Los hallazgos arqueológicos,
además de Gildas y Beda, han dejado constancia que por aquel entonces, los
britanos eran más fuertes y mejor organizados y estaban unidos. Se construyeron
enormes fortificaciones en los condados de Lincoln y East Anglia. Los fosos
defensivos se ubicaron mirando a la parte oriental para defender los ataques
que provenían del este de Britania. En el frente sajón habían terraplenes
lineales a lo largo del valle del Támesis, construidos por los sajones para
delimitar con una frontera fija; una defensa frente a los britanos, que
constituían un verdadero peligro para los sajones en esos años.
Las
enormes fortificaciones britanas, dan fe que existía una importante reserva de
soldados, y los terraplenes sajones evidencian que los britanos poseían una armada
poderosa, que sugiere una nación britana unida con un líder fuerte y decidido.
¿Era este Arturo de Nennio?
Hay
numerosas dudas a esto, debido a que no queda prácticamente ningún documento
contemporáneo referente a lideres britanos de finales del siglo V, pues en
aquel tiempo el país estaba fragmentado con diferentes bandos luchando entre
sí, y la ley, orden, administración civil eran prácticamente inexistentes.
Como
se ha comentado, las alusiones más antiguas sobre Arturo, se encuentran en el
Historia Brittonum de Nennio, en 830, y dos poemas bélicos de la alta edad
media. Ese pasaje no prueba absolutamente
la existencia de Arturo, pues que escribió después de tres siglos de la
batalla de Badón. Al introducir la lista de batallas de Arturo, Nennio comenta:
“En aquel tiempo los sajones se fortificaron y multiplicaron en Britania. A la
muerte de Hengist, Octha, su hijo, pasó del norte de Britania al reino de Kent.
Entonces Arturo luchó contra ellos, en aquellos días junto al rey de los
britanos, pero sólo él fue líder en las batallas”.
La
asociación que realiza Nennio sobre Arturo parece de exactitud histórica; los
dos guerreros sajones que menciona, Hengist y Otcha, aparecen en documentos
anglosajones, y ambos vivieron a finales del siglo V, y el período que Nennio
sitúa a Arturo.
La
mayor parte de documentos militares que quedan de finales siglo V y principio
del siglo VI, fueron recopilados por los anglosajones. El más importante, el
Anglo-saxon chronicle, del que existen varias copias, que se basa en primitivos
documentos monásticos del oeste de Sajonia, el chronicle que ha quedado no fue
recopilado hasta el reinado de Alfredo el Grande, entre 871 y 899, y bajo la
supervisión personal de Alfredo.
En
ese documento no se hace referencia a Arturo, este hecho plantea la cuestión de
la historicidad de Arturo, pero se ha de decir, que la obra fuera hecha con la
intención de Alfredo de promocionar las exitosas hazañas de sus antepasados
sajones, y lo oportuno de no incluir los éxito britanos del momento. El chronicle,
de hecho, apenas da nombres de líderes britanos, y menos aún de los más
famosos.
Nennio
cuenta a su favor con la aparición del Chronicle del rey de los sajones
Hengist. Los avances sajones en Britania comenzaron en Kent sobre el año 455, y
fueron liderados por Hengist hasta la primera década de 480. El hecho concuerda
con el relato de Nennio, cuando se refiere a Hengist como líder de Kent, poco
antes que Arturo comenzara a luchar contra los sajones. El Chronicle data la
muerte de Hengist en 488, y si luchó en la batalla de badon en 493, concuerda
con las campañas de Arturo.
Según
cuenta el Chronicle, al morir Hengist, la mayor parte del sur y oeste de
Britania estaba en manos anglosajonas. Existe la evidencia arqueológica, que
muestra que hacia el oeste, los sajones ocuparon las fortificaciones de la
primera línea hasta la ciudad de Bath. La batalla de Badon, parece que fue en
Bath. Los sajones conocían a la ciudad como Budanceaster, que a su vez proviene
de la palabra britana para baño, baddon.
La
evidencia arqueológica muestra que al final del siglo V, los sajones llevaban
algunas décadas cediendo espacio, hecho que concuerda con la época de la
batalla de Badon, y la victoria britana. El chronicle no comenta nada sobre esa
batalla, hecho que evidencia que los cronistas sajones no quisieron registrar
los éxitos britanos en aquel tiempo.
REPRESENTACIÓN DE LA BATALLA DE BADON (ESTILO MEDIEVAL) |
Nennio
nos dice que Octha sucedió a Hengist en la época que Arturo estaba en servicio
activo, se puede asumir que Arturo luchó contra Octha. Un manucristo del sajón
del siglo IX, conocido como Cotton Vaspasian, que se puede hallar en la
Biblioteca Británica, ofrece una lista de reyes y obispos de la edad media, e
incluye a Octha, como sucesor de su padre Hengist.
Sin
embargo, Arturo vivió en la última parte del siglo V, y este no fue un rey
medieval de reluciente armadura, sino un guerrero celta luchando contra la
invasión de los anglosajones. Si se le representa en la actualidad como un rey
de estilo medieval es debido a que los escritores de la edad media representaban
las historias antiguas dentro del contexto en el cual vivían, un contexto de
caballería y galantería. Los jefes militares del siglo V llevaban armaduras de
estilo romano, y sus fortificaciones no eran grandes castillos góticos, sino
simples empalizadas de madera.
En
el siglo V, pues, Gran Bretaña no era una gran nación, sino reinos divididos.
Inglaterra nació cuando los anglosajones se unieron en una sola nación;
mientras que los britanos, celtas, que habían gobernado esas tierras, se les
conoce como galeses. Por tanto, hasta el siglo XII, las historias sobre Arturo
se consideraron principalmente como narraciones galesas, antes que los
escritores ingleses, francés y alemanes las convirtieran en románticas fábulas
de un monarca feudal de la edad media.
Así,
quién fue el Arturo, que presuntamente lideró a los britanos en la batalla de
Badon en 493. Como Nennio nos dice que Arturo fue “líder de las batallas”
britano y las más influyente de las figuras de los britanos. La mayoría de
investigaciones sobre la procedencia de Arturo histórico se centran en el
sureste de Inglaterra, en las fomosas excavaciones del fuerte de la colina de
Cadbury, en Somerset, donde la tradición local las asocia con el rey Arturo
desde el siglo XVI. El arqueólogo Leslie Alcock, ha dirigido el yacimiento que
pone en evidencia que el fuerte había sido usado por fuerzas britanas en el
tiempo de la batalla de Badon, pero no se ha hallado nada que indicara que
fuese la base del mismo Arturo. En las colinas cércanas, hay otros fuertes
militares similares, conservados como en el siglo V, que fueron usados a los
largo del frente britano sajón, y las excavaciones desmuestran, que Cadbury era
uno de esos fuertes, pero sin poder dar una pista sobre Arturo.
La
leyenda dice que Arturo nació en el Castillo de Tintagel, en Cornualles, y que
gobernó Camelot en Winchester y está enterrado en Glastonbury, en Somerset. Los
castillos de Tintagel y Winchester se construyeron 6 siglos más tarde de cuando
Arturo se cree que vivió, mientras que existen sospechas del descubrimiento de
su tumba en la abadía de Glastonbury, en 1190, aunque pudo ser un engaño
medieval para atraer a peregrinos. Pero, si Arturo no nació en el sur de
Inglaterra, ¿dónde se hallaba la sede de su poder?
No
existe la evidencia de un lugar llamado Camelot. La alusión más antigua a
Camelot como corte del rey Arturo aparece en el poema de Chrétien de Troyes
Lancelot, del 1180, que aprece una sola vez, y más tarde, los demás escritores
lo adoptaron. Por lo que Camelot, parece una invención de ese escritor y es una
fuente de siete siglos más tarde de la época histórica de Arturo, hecho que no
ayuda a encontrar esta sede de poder. Además, todos los que mencionaron en sus
relatos a Camelot, hacen una descripción del lugar, pero nunca mencionan su paradero.
Pero,
¿cuál fue la ciudad britana más influyente en el tiempo de Arturo? Si Arturo
fue el líder britano más influyente, su centro de poder se ha de situar en esa
ciudad. Pues desde del lado de la arqueología existe la evidencia de que esa
ciudad pudo ser la ciudad romana de Viroconium, que no estaba ni en el sur, ni
en el este de Britania, sino en el centro, en los Midlands.
Durante
la ocupación romana de la isla, Britania fue dividida en diferentes provincias,
las civitates, fundados en áreas tribales ya existentes y controlados por una
capital administrativa. Las cuatro principales ciudades eran Londres, Lincoln,
York y Viroconium. Se sabe a través de Gildas, Beda y el Chronicle que unos
cincuenta años después de la marcha de las tropas romanas de 410, Londres y
Lincoln fueron invadidas por los anglosajones, mientras que York fue saqueada
por los pictos. Otras ciudades importantes como Exeter y Cirencester se
mantuvieron a salvo de los ataques, Viroconium fue la que cobró más
importancia.
RUINAS DE VIROCONIUM, CAMELOT HISTÓRICO |
Lo
que queda de Viroconium en la actualidad son ruinas de sus murallas en medio de
la campiña, a las afueras de Wroxeter, un pueblo de Shrosphire, y a ocho
kilómetros al sureste de Shrewsbury. Sus ruinas visibles son los restos de un
gran complejo de baños construidos alrededor del 150; todavía se conserva una
obra de mampostería que domina el lugar, y es conocida en la localidad como la
antigua construcción, correspondiendo al muro sur de una enorme nave, que fue
usada como sala de ejercicios en el interior de los baños. En el último siglo
se han llevado continuos trabajos de excavación, estando los yacimientos
abiertos al público y donde existe un museo, donde se muestra una gran parte
del material excavado, aunque la gran mayoría se puede encontrar en Shrewsbury,
en el museo Rowley’s House.
Una
excavación realizada por el 1960 hasta el 1970, trajo evidencias que la ciudad seguía
siendo una capital urbanizada administrativa. Parece ser que en 420, cuando
otras ciudades romanas estaban en ruinas, Viroconium estaba siendo
reconstruida. A través del estudio de los cimientos y la estructura de la
ciudad y otros signos, se pensó que los edificios del siglo V estaban hechos de
madera y no de ladrillo y argamasa, como en las primitivas ciudades romanas.
Eran construcciones grandes y de diseño clásico, algunas de dos plantas de
altura, con fachadas y columnatas bien ordenadas. No solo se levantaron nuevos
edificios y se diseñaron nuevas calles, sino que la totalidad de la
infraestructura de la ciudad estaba en proceso de reparación. Por ejemplo, se
instaló una nueva red de desagües y de suministro de agua corriente mediante un
elaborado sistema de acueductos, y se volvieron a adoquinar muchas secciones de
las vías romanas. Un sólido edificio con alas, construido en el lugar de una
vieja basílica constituyó el centro de poder de la nueva Viroconium. Esta
construcción iba acompañada de un complejo de edificios contiguos, y debió ser
el palacio de posteriores cabecillas posromanos.
Viroconium
es el más sofisticado de todos los poblados de la Alta Edad Media. Parece ser
la ciudad más importante en las islas británicas del siglo V, y después de la
batalla de Badon también lo parecía. Su mansión fue, seguramente, la sede del
líder más importante de los britanos de la época. Por tanto, es muy posible que
Viroconium haya sido el centro operativo de Arturo, y el Camelot histórico.
BIBLIOGRAFIA:
The anglo- Saxon Crnicle, trad. G.N. Garmansway, Everyman's Libray, Londres, 1967.
Gildas, On the ruin and conquest of Britain, latin y trad. Michael Winterbottom, History from sources Vol. 7 Phillimore, Chichester, 1978.
Beda, The ecclesiastical history of the english nation, trad. J. A. giles, Everyman's Libray, Londres, 1970.
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