SINOPSIS:
Guerra de Vietnam. Recién incorporado a su pelotón, en la jungla vietnamita, el soldado Eriksson (Michael J. Fox) es testigo de un crimen brutal cometido por sus compañeros. Incapaz de permanecer al margen, se enfrentará al resto del pelotón, pero sobre todo al sargento Tony Meserve (Sean Penn), un hombre enérgico y carismático pero desquiciado por el horror y la brutalidad de la guerra.
COMENTARIO DE LA PELÍCULA:
Después de su éxito con "Los
Intocables" Brian de Palma decidió probar con el género bélico. Y para
ello se basó en un artículo sobre la Guerra del Vietnam publicado en el New
Yorker y que se titulaba
"Casualties of War". En el artículo se relataba un hecho real
conocido como el Incidente
de la colina 192 sucedido en 1966. Esa
historia fue la base del guión de "Corazones
de hierro".
Es probable que si esta película hubiera sido
estrenada al mismo tiempo que "La
chaqueta metálica o "Platoon" no sólo sería más conocida de lo que es ahora, sino
que también sería mejor considerada. Pero también creo que de Palma
desaprovechó la oportunidad de hacer una gran película. Tuvo dos fallos. Uno
fue suavizar la
historia en la que se basaba. El
otro fueron sus protagonistas principales.
"Corazones de hierro" es una de
las muchas producciones bélicas que muestra como la guerra saca lo mejor y lo
peor de los seres humanos. Nos cuenta como un pelotón de soldados
estadounidenses raptan, violan y luego asesinan a una vietnamita. Sólo uno de
los soldados se niega a participar y denuncia a sus compañeros. Inicialmente
sus superiores intentan cubrir el crimen pero al final los soldados serán
llevados frente a una corte marcial y condenados a largos años de trabajos
forzados en una prisión militar. Moraleja: la justicia triunfa. ¿Qué ocurrió en
realidad? Pues que uno de los soldados fue exonerado por violación de sus
derechos, otro tuvo una sentencia de 22 meses, y el cabo y el sargento fueron
condenados a 8 años, pero obtuvieron la condicional a los 4 años de prisión. La
madre y la hermana de la víctima fueron asesinadas por el Viet-Cong porque
pensaron que habían colaborado con el enemigo. Y el soldado que denunció los
hechos vive bajo una nueva identidad para evitar una posible represalia de sus
antiguos camaradas de armas.
Es muy probable que ese final realista habría
conseguido hacer huir de la taquilla a una gran parte del público. Pero también
estoy convencido de que con el pasar del tiempo la película habría sido
considerada como una de las "grandes" del género. De hecho, pienso
que de Palma intentó reparar el error con su reciente "Redacted".
Paradójicamente en lugar de enmendarlo lo que consiguió fue cometer un error
aún mayor. En esta última los soldados no parece que vayan a ser condenados
cuando en realidad lo fueron y con penas muy duras.
Volviendo a "Corazones de hierro".
Además del argumento la película tiene bastantes aspectos positivos que pueden
hacer disfrutar a cualquier cinéfilo. De Palma es un buen profesional y hay
planos y secuencias muy buenos, como la del corte longitudinal de los túneles
del Viet Cong o el travelling de la secuencia de las letrinas. La
banda sonora es de Ennio Morricone y aunque no sea de sus piezas más conocidas,
consigue emocionar e introducir al espectador en la historia.
En cuanto al reparto, creo que son los
secundarios los que mejor lo hacen y entre ellos nos encontramos las primeras
intervenciones de nombres ahora muy conocidos como John Leguizamo y John C.
Reilly. También sale Dale Dye interpretando al arquetípico
oficial de pelo cano. Pero es Thuy Thu Le,
que da vida a la chica vietnamita, la que destaca sobre todos ellos. Su
interpretación es sobrecogedora y a pesar de ser aclamada por ello decidió
retirarse y no volver a actuar nunca más. Y nos faltan las cabeza de cartel. La
productora no arriesgo y contrató a dos estrellas afianzadas: Michael J. Fox y
Sean Penn. Para muchos el soldado Max Eriksson es la mejor interpretación de
Fox y casi consigue quitarse el sambenito de "eterno adolescente".
Para mí no pasa de "aceptable" siendo generosos. En cuanto a Sean
Penn, hace el papel de psicópata (¡qué raro!). Por eso digo que ese es uno de
los problemas de esta película. En mi opinión la cinta tiene un tono maniqueo
que no me acaba de convencer con "Fox-chico-bueno" que no ha roto un
plato y "Penn-chico-malo" dispuesto a matar al que se le ponga por
delante.
También tiene sus pifias. Uno que me llamó la
atención es el del Medevac
Huey con ametralladoras. A
lo mejor estoy confundido pero que yo sepa ese tipo de helicóptero iba
desarmado. Otro es la escena en la que uno de los soldados atemoriza a la chica
vietnamita cantándole "Hello I love you" de los Doors. Esa
canción es de 1968 y la acción transcurre en 1966. Y finalmente está la
secuencia en la que matan a la chica. Dos grupos armados disparando uno frente
al otro es algo increíble, aunque su fuerza cinematográfica es evidente.
En cuanto a los aspectos curiosos. Es una de las
primeras películas en mostrar oficiales de raza negra, y muestra que puede ser
tan HdP como los oficiales blancos. Otro es que la escena del combate en el río
está rodada en un lugar con su propia historia, pues las vías del tren
pertenecen a la línea férrea construida por los japoneses durante la IIGM y que
se refleja en "El puente sobre el río Kwai".
Lo que más me gusta de esta película es la lucha
de personalidades y los diversos conflictos morales y psicológicos que se
plantean. Inicialmente el sargento Meserve es como un semidios para el pelotón,
sobre todo para Eriksson después de que aquel le salvara la vida. Pero la
guerra consigue hacer aflorar el lado oscuro de Meserve y debido a su carisma
consigue arrastrar tras de sí a todo el pelotón excepto a Eriksson. Aquí
tenemos el primer dilema: el grupo contra el individuo. Una vez cometido el
crimen tenemos el segundo dilema: Eriksson contra Meserve, al que debe la vida.
Y tras la denuncia del crimen el tercer dilema: perseverar en la denuncia o
dejarlo pasar y vivir en paz.
Lo dicho, una notable película que merece la
pena ser vista por cualquier aficionado al cine a pesar de sus defectos.
TRAILER:
Artículo de- Asier Menéndez Marín.
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