RECOMENDACIÓN:
SINOPSIS:
Alejandro Magno (336-323 a.C.) tuvo como preceptor a Aristóteles y su libro de cabecera fue la Ilíada, de Homero. A los veinte años sucedió a su padre como rey de Macedonia y fue un general excepcional, capaz de conducir inmensos ejércitos. Sus numerosas y brillantes victorias le permitieron crear un gran imperio que se extendía desde Grecia hasta la India.
COMENTARIO DE LA PELÍCULA:
Pocas
personas han dejado una huella en la historia como Alejandro Magno. No sólo por el vasto imperio que
consiguió en su breve vida, sino también por la influencia que dejó tras su
muerte. Baste decir que muchos gobernantes posteriores han tratado de emularlo
sin éxito, o que la famosa Cleopatra era descendiente de uno de sus generales.
Una gran cantidad de obras se han dedicado a su figura, entre ellas las
filmadas. Hay una serie de televisión en la que quien hace de Alejandro es
William Shatner (el capitán Kirk de Star Trek). Otra curiosidad, es que la primera
película de cine dedicada a Alejandro es de la India ("Sikander", 1941) y que hicieron un remake
24 años después ("Sikandar E Azam", 1965). Sin embargo,
las películas más conocidas son las que han venido de Hollywood.
“Alejandro
Magno” es la típica coproducción España-USA de los años 50. España ponía el
paisaje, los USA la pasta y los actores. La película está rodada en los
alrededores del pueblo madrileño de El Molar, un sitio bastante conocido entre
los geólogos por su famosa
falla. Lo cierto es que los paisajes de la Sierra de Madrid y de la Meseta
dan el pego en su parecido con Grecia y las planicies persas.
La ambientación histórica de la película no está
mal en cuanto a vestuarios y decorados. Es de destacar que los caballos no
llevan estribos (un error muy frecuente en las películas). Pero las batallas no
reflejan ni por asomo lo que debía de ser la lucha entre dos de los más famosos
ejércitos de la Antigüedad: el ejército
macedonio con su falange, y el
ejército persa. Más bien son un montón de extras pegando espadazos en medio de
una maraña de combates individuales, con lo que se hace difícil entender porque
Alejandro pudo ser uno de los mejores generales de todos los tiempos. En su
conjunto la película es floja, aunque tiene algunos momentos entretenidos.
Esta película contaba como baza principal con el
actor Richard Burton, que precisamente había alcanzado el estrellato con su
papel en “La túnica sagrada”. En principio la elección parecía correcta porque
Burton era un actor joven (tenía 30 años, la misma edad que Paul Newman y éste
aún no era famoso) Sin embargo, Burton tenía un defecto para este papel en
concreto: aparenta mucha mas edad. Tengamos en cuenta que Alejandro murió a los
33 años, y que la película se centra en los hechos que éste vivió entre los 18
hasta los 23 años. El “joven Alejandro” interpretado por Burton es difícilmente
creíble, sobretodo porque las facetas más polémicas del personaje (como es el
tema de su bisexualidad) no se tratan en absoluto, como si ocurrirá en su
remake más reciente: “Alexander” de Oliver Stone.
Para mi gusto, la mejor interpretación de la
película es la de Filipo II (Frederic March).Y de hecho es la primera parte de
la película la que se hace más interesante, pues nos muestra todas las intrigas
y lucha entre padre e hijo por el poder. Sin embargo, a la hora de la verdad el
amor fraternal triunfa, como puede verse en la Batalla de
Queronea, cuando Alejandro salva in extremis a Filipo. Una escena a destacar es
aquella en la que Filipo baila completamente borracho y de noche, sobre una
roca desde la que se domina el campo de batalla sembrado de cadáveres de
hoplitas griegos.
Tras la conquista total de Grecia y el asesinato
de Filipo, Alejandro se dispone a seguir el sueño de su padre de conquistar
Persia. Es de destacar que la película recoge la oposición que tuvo Alejandro
por parte de otras ciudades griegas, sobretodo de aquellas sometidas a Persia.
Hay que tener en cuenta que el Imperio Persa de ese período ya ha conocido al
benévolo Ciro el
Grande, y no es el régimen más despótico de Darío o Jerjes. Inicialmente,
Alejandro considera como traidores que no merecen piedad a estos griegos que se
oponen a sus sueños panhelénicos. En la Batalla de
Granico, vemos como el contingente de hoplitas que ha combatido en el lado
persa, es masacrado sin piedad tras haber sido abandonados en el campo de
batalla por la retirada del contingente persa.
Después de la victoria y la “liberación” de las
ciudades griegas, Alejandro se dispone a conquistar el resto de Asia. Llega a
Gordium y allí deshace de un tajo el famoso Nudo Gordiano. Evidentemente los persas
no se están quietos y Darío III consigue reunir el ejército más grande jamás
visto en un campo de batalla. Aunque se supone que es la Batalla de
Gaugamela, en la película se mezcla con hechos que sucedieron
previamente en la Batalla de
Issus o Iso. La noche antes de la
batalla, los oficiales de Alejandro le ruegan que realice un ataque nocturno, a
lo que Alejandro responde que él no robará la victoria de noche como un vulgar
ladrón. Posteriormente, en la batalla vemos el ataque de los carros falcados y
como las falanges se abren para dejarlos pasar y luego ser destruidos en la
retaguardia. Finalmente, Alejandro ordena que todas sus tropas concentren su
ataque en Darío. Cuando el rey persa ve lo que se le viene encima, se acobarda
y huye. Alejandro consigue la victoria y al llegar a la tienda de Darío verá
que éste ha dejado atrás a sus esposas e hijas. Este hecho sucedió pero dos
años antes, tras la Batalla de Issus. Se inicia la persecución implacable de
Darío, que será asesinado por sus propios guardias. Estos esperan una
recompensa de Alejandro, pero se equivocan pues según sus palabras solo “un rey
puede matar a otro rey”.
Parece que ya nada puede parar a Alejandro, y
éste continúa sus conquistas. Pero sus hombres cada vez están más descontentos.
En un banquete se emborracha y en un arrebato de ira mata a su mejor amigo.
Tras ello regresa a Persia, donde se muestra los intentos de fusionar la
cultura griega y la persa casándose con Roxana (la hija de Darío) y promoviendo
el matrimonio entre sus oficiales y jóvenes nobles persas. Pero durante el
banquete enferma y al cabo de unos días de agonía, se le pregunta a quien
dejará su vasto imperio. En una de las mejores escenas de la película, rodeado
de su mujer y de sus generales, Alejandro suspira sus últimas palabras: “Al más fuerte”.
TRAILER:
Artículo de- Asier Menéndez Marín
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