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jueves, 10 de abril de 2014

VERDADES Y MENTIRAS SOBRE LOS VIKINGOS


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Sanguinarios, asesinos y feroces. Los adjetivos que recuerdan a los vikingos en los libros de historia hablan de sus actos de salvajismo, sus saqueos, y la falta de moral que les llevaba a acabar con la vida de mujeres y niños durante sus continuas incursiones. No obstante, el tiempo ha tergiversado la leyenda de estos hombres del norte hasta mostrarlos como guerreros que portaban cascos con cuernos y que sólo pensaban en el pillaje. Nada más lejano a la realidad pues, entre otras cosas, la suya fue una civilización que supo usar la leyenda negra que les acompañaba para vencer a sus enemigos.
Gracias a su pésima reputación y a su barbarie, los vikingos consiguieron castigar con sangre a toda Europa a base de hacha y drakkar. De hecho, estos feroces escandinavos lograron, entre otras cosas, conquistar una gran parte de Inglaterra, desembarcar en España e, incluso, remontar el río Sena con sus navíos para invadir París -ciudad que asaltaron y que sus dueños únicamente pudieron recuperar ofreciéndoles una cuantiosa cantidad de oro-. La de los hombres del norte es, en definitiva, una historia llena de muerte, pero también de falsos mitos que el tiempo ha hecho erróneamente verdaderos.


No sólo por pillaje

A pesar de que la tradición nórdica tiene, en ocasiones, más oscuros que claros, el inicio de la era de los vikingos (término con el que se agrupa a los diferentes pueblos ubicados en Escandinavia durante los siglos SVIII al XI), tiene una fecha concreta. «El tiempo de los vikingos comenzó en junio del año 793 con el asalto al monasterio de Lindisfarne, una comunidad monástica que se encontraba en Inglaterra» afirma en declaraciones a ABC Víctor Álvarez, autor de «Los Vikingos. Crónica de una aventura» (Sílex, 2013). Aquel día, los guerreros del norte acabaron brutalmente con cientos de monjes cuya única defensa frente a las armas fue la religión. Eran las primeras víctimas de las miles que llegarían después.
Es en esa jornada cuando comienza la leyenda negra de los vikingos, un pueblo cuyos únicos objetivos eran, según Hollywood, asesinar y robar allí por dónde pisaban. «Se tiende a pensar que el movimiento vikingo se produjo debido a la búsqueda de riquezas, y no siempre era así. Los nobles nórdicos presionaban muchísimo a la población con impuestos altísimos y esto produjo que multitud de ellos se hicieran a la mar para escapar de las exigencias abusivas de sus jefes o para sentirse libres», destaca el experto.



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En cambio, tampoco se puede eludir que muchos escandinavos sí se subían a sus drakkar con el hacha entre los dientes y dispuestos a reunir la mayor cantidad de oro posible. Esta práctica fue realizada principalmente durante los primeros años del siglo IX, cuando su civilización daba los primeros pasos de gigante a través de las aguas europeas. De hecho, en esa época inventaron una táctica muy innovadora para la época que consistía en desembarcar sin previo aviso en cualquier parte de la costa enemiga para saquear sus poblados. A continuación, ponían pies en polvorosa lo más rápidamente posible en dirección a sus veloces barcos para huir antes de que llegaran las fuerzas regulares enemigas. Esta estrategia tenía incluso su propio nombre, «strandkogg», un término que no tiene traducción en nuestro idioma.


Bárbaros, pero no tontos

Tras el ataque al monasterio de Lindisfarne, los vikingos demostraron una vez tras otra su falta de moral asesinando y saqueando de la forma más brutal posible. ¿Por qué lo hacían? Álvarez lo tiene claro: «Los vikingos mataban mujeres y niños por mera publicidad. Hacían terrorismo. Como sabían que infundían miedo hacían esas barbaridades para aprovecharlo y que, cuando fueran a otro pueblo, la gente no opusiera resistencia y les tuviera pavor. Hacían propaganda».

A su vez, y en contra de la creencia popular, los vikingos contaban con una gran capacidad para la estrategia y, debido a su condición de nómadas, se esforzaban en conocer las costumbres de aquellas regiones que visitaban o asaltaban. Esta práctica les ayudó en muchos casos a doblegar a sus enemigos. «Después de algunas incursiones, aprendieron a atacar a los cristianos cuando estaban en la iglesia rezando. Esto les facilitaba mucho las cosas porque se encontraban a todos aquellos que podían hacerles frente en un mismo edificio y desarmados», añade el autor. Esta curiosa –y cruel- forma de actuar ha sido representada de forma fidedigna en la popular serie «Vikingos».

Los vikingos, en combate

Mientras que su capacidad de aprender del enemigo no ha sido una de sus virtudes representadas por la factoría Hollywood, el cine si ha acertado plenamente a la hora de dar a conocer sus armas y técnicas de combate. Y es que, los hombres del norte usaban el hacha como arma principal frente al enemigo debido a que también les servía como herramienta en su vida diaria y a que sabían forjarlas a la perfección.
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«El hacha era el arma más común para los vikingos, ya que les hacía las veces de elemento de corte diario, de instrumento ofensivo y de arma arrojadiza en el combate. Pero los guerreros –les llamo así porque durante los primeros años no eran soldados entrenados para la guerra a gran escala como tal- usaban también la lanza y, en algunos casos, una espada si tenían suficiente dinero para encargarla al herrero. Como elemento defensivo usaban un escudo con una gran tachuela. Todo eso está documentado a través de enterramientos llevados a cabo por esta civilización», completa Álvarez en declaraciones a ABC.
El combate directo contra ejércitos organizados es otro de los puntos donde la leyenda ha favorecido mucho los vikingos, ya que, cuando se enfrentaban a fuerzas superiores en número y duchas en el arte de la guerra, caían a decenas debido a su reducido número –al menos durante los siglos VIII y IX-. Había por ello muchos viajes en los que, tras una gran contienda, regresaban al ansiado hogar menos de la mitad de los que habían partido.



Una sociedad avanzada

Socialmente, los hombres del norte eran una de las civilizaciones más avanzadas de la época, pues daban una gran importancia al papel de la mujer. «Los vikingos no eran muy machistas. La mujer era reconocida más allá del ámbito del hogar. En ese sentido tenían una sociedad mucho más avanzada que la que podía haber por ejemplo en Europa. La mujer podía tomar decisiones, salir de viaje solas, sabían leer, escribir, incluso podían decidir con quién casarse», añade Álvarez.

Además, tampoco era inusual que una mujer cogiera el hacha y el escudo para darse de mamporros en las tierras de ultramar. Un hecho que la serie «Vikingos» muestra a través de Latgerta –esposa de Ragnar Lothbrok, protagonista de la saga-. «Las mujeres podían acudir a la batalla, pero eso es algo que no está muy bien documentado. En algunas sagas islandesas si aparece alguna guerrera, aunque generalmente no tenían gran relevancia. Podían viajar en una expedición como combatientes si eran fuertes y sabían manejar las armas, pero lo más normal es que acudieran para colonizar después de la batalla», completa el experto español.

Sin cuernos

Con todo, de entre todas las leyendas y creencias relacionadas con los vikingos la más extendida es la que afirma que portaban unos grandes cascos rematados con cuernos que infundían pavor en los enemigos. Sin embargo, los expertos son tajantes en este punto… ¡No llevaban cornamentas!
 
«Ha trascendido la idea de que el casco vikingo llevaba cuernos, pero no era así. Hay varias teorías que tratan de explicar la causa de que el bulo se haya extendido tanto. Una de ellas afirma que, como la historia de los hombres del norte fue escrita por las víctimas –los que recibían los ataques-, y estas los veían como hombres endemoniados, se les terminó representando con cuernos por asimilación con los demonios. Otra dice que la equivocación se produjo en 1820 cuando se ilustró un libro de temática vikinga con unos guerreros nórdicos con cuernos, pero esto se hizo así porque se vivía en la época del romanticismo y no se daba una imagen real de las cosas, sino idealizada», finaliza el autor.


Seis preguntas a Víctor Álvarez

1- ¿Los vikingos eran tan crueles como los dibuja la historia?
Eran muy sanguinarios, pero la historia de sus viajes la han escrito principalmente los vencidos, que los veían como unos asesinos, así que nunca se podrá saber si eran realmente tan bárbaros o lo escrito es una exageración. A pesar de todo, hay que entender que los cristianos de entonces no comprendían como aquellos tipos podían entrar en un edificio sagrado y matar a todo el mundo. Para ellos era algo inconcebible. Los cristianos no entendían tampoco como Dios no les ponía una barrera divina ante esa barbarie. 

2- Entonces. ¿Cómo eran realmente?
Las crónicas más fiables a nivel histórico –las anglosajonas, las francas y la historia de los arzobispos de Hamburgo y Bremmen, por ejemplo- nos muestran a una gente agresiva y pagana que cometía todo tipo de crueles tropelías. 

3- ¿Qué falsas creencias sobre vikingos han calado en la sociedad?
En primer lugar, la idea de que los vikingos llevaban cuernos en los cascos. También se tiene la idea de que todos los barcos de los vikingos se llamaban «drakkars», cuando había varios tipos de navíos. Había buques de cargamento, de recreo para reyes y los de guerra, que eran los famosos «drakkar».
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4- ¿De dónde proviene el término «Drakkar»?
Es una denominación francófono que proviene del francés y significa dragón. Les llamaron así porque tenían animales en la proa. Las proas tenían una función meramente decorativa similar a la del resto de Europa, que también solían llevar animales en el buque para impresionar. No es algo característico escandinavo.

5- ¿Hay algún descubrimiento que pueda favorecer la idea de que los vikingos llevaran cuernos en los cascos?
Hace relativamente poco se encontró un casco en un enterramiento que tenía dos agujeros. Según se publicó después, podrían haber servido para portar los cuernos, pero, realmente, no tiene lógica ir al combate con un casco tan incómodo para luchar. 

6- ¿Exaltaba la religión nórdica la guerra?
Si. Su mitología es absolutamente proclive hacia la batalla. Sólo tienes que ver a Thor, que empuña un martillo de guerra. Los vikingos eran, en general, muy creyentes. Ellos entendían que tenían que ser como una reencarnación de los propios dioses Esto ocurría por ejemplo con los «berserkers», unos guerreros vikingos que combatían medio desnudos y, según la creencia de la sociedad, estaban dotados de una fuerza directa entregada por los dioses que les hacía salir indemnes de la batalla. En los enterramientos solían usar las runas, una escritura en la que ponían a grandes rasgos las hazañas del fallecido. Solían además respetar a sus muertos con más dedicación de la que tenemos nosotros. 


FUENTE _ El mundo


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