Restos del templo de Augusto sobre un fragmento del podio en el Centro Excursionista de Cataluña. / carles ribas |
Tras décadas de trabajos, la historia de Barcino, la
Colonia Iulia Augusta Paterna Faventia, fundada ex novo por el emperador Augusto en el siglo I, es cada vez
más conocida. Pero siempre hay investigaciones que dan una sacudida y hacen
girar lo establecido, incluso en el sentido literal de la palabra. Es lo que
ocurre con el reciente estudio de Héctor Orengo y Ada Cortés publicado en la
revista Oxford Journal of Archaeology,
presentado hace unos días en el Museo de Historia de Barcelona (Muhba). Según estos
investigadores, formados en el Instituto
Catalán de Arqueología Clásica (ICAC), vinculados ahora con las
universidades de Nottingham y Southampton, respectivamente, el templo de
Augusto de Barcino no estaba orientado hacia la plaza de Sant Jaume, como se ha
asegurado hasta ahora, sino hacia la catedral, algo que implica que el foro
también cambie de dirección 90 grados, siguiendo las agujas del reloj.
Hasta ahora se ha asegurado que los restos del
templo, cuatro columnas completas (seis hasta 1875) sobre un fragmento del
podio que se encuentran dentro del edificio del Centro Excursionista de Cataluña (Paradís, 10), es su parte
inferior izquierda. Ellos afirman que es la parte derecha, tras revisar los
últimos datos arqueológicos, comparaciones tipológicas y estudiar la
topografía.
“Es una hipótesis nada dogmática que puede verse
modificada o refrendada con nuevos estudios”, explicó Orengo ante más de un
centenar de personas en el Muhba. Para este investigador, el sentido y la
planta del templo han estado marcados hasta ahora por los estudios que realizó
Antoni Celles en 1835, que fueron recogidos y hechas suyas por el arquitecto,
historiador del arte y político Josep Puig i Cadafalch, lo que tuvo como
resultado que nadie las cuestionara.
Tras revisar la documentación de los nueve sondeos
que realizó Antoni Celles en 1835, los doctores en arqueología Héctor Orengo y
Ada Cortés afirman que es imposible que encontrara restos del templo en los
niveles que excavó y ponen en duda sus conclusiones.
En los últimos años, la instalación de sendos
ascensores en los números 5 y 12 de la calle Paradís ha permitido excavar en
esta zona, entre los restos de las columnas y la catedral. Allí, explicó
Orengo, se han localizado grandes sillares, algunos con restos de pintura azul
y amarilla y relleno de piedra, rudus,
similar al del podio. También parte de una construcción con opus signinum
preparada para retener agua, interpretada como un lacus o piscina alrededor de un templo. Para ellos no hay
duda de que el templo (de seis columnas por 11) tenía una orientación y proporciones
diferentes; no tan alargado como se asegura, que lo acercaría a la sección
áurea con la que están creados otros edificios romanos de la península en ese
momento, como los templos de Diana en Évora o en Emérita Augusta, “que además
también tienen un lacus”.
El giro del templo implica el cambio del foro, que
pasaría a ocupar una gran parte del sector nororiental de la colonia. Son pocos
los datos reales que se conocen del foro y su reconstrucción se basa en la
forma y orientación del templo. Tras analizar la topografía antigua, para los
investigadores el foro tendría, al menos, dos terrazas: una superior con el
templo y otra inferior, separada quizá por un pórtico, en la que se situarían
otros lugares de representación. Este nuevo foro “tendría dos lados paralelos a
los ejes principales de la ciudad: el cardus
y decumanus máximus, y no los
cruzarían como en la versión aceptada”, por lo que encajaría mucho mejor en el
urbanismo de la colonia.
Durante la realización de la tesis doctoral de
Cortés, La arquitectura doméstica de las
ciudades romanas de Cataluña,
de 2009, la investigadora estudio los restos de la domus de Sant Iu, con su peristilo (galería de columnas)
abierto, piscinas y mosaicos, determinando que esta gran casa se trataba de un
edificio público, un collegium
dedicado al culto de Augusto. “Era difícil entender los restos porque estaban
fuera del foro, pero ahora adquieren sentido”, explica Cortés. Para ellos no es
extraño, entonces, que “las nuevas comunidades cristianas, para afirmar su legitimidad,
levantaran en esa zona la primera iglesia y luego la catedral”.
Orengo y Cortés no son los primeros en defender esa
teoría: en 1595, el historiador y cronista Jeroni Pujades dibujó los restos de
seis columnas del templo y trazó el mismo eje que ellos proponen. En 1954,
Agustí Duran i Sanpere, director de las excavaciones de la zona, apuntó la
misma idea tras hallar más de 40 restos de monumentos.
Joan Roca, director del Muhba, explicó tras la
presentación: “No hay una posición oficial sobre esta tesis, pero la obligación
del Muhba es aportar teorías científicas, debatirlas y, si es el caso,
refutarlas”. Roca, no obstante, marcó distancia con otros trabajos recientes.
“Hasta ahora no teníamos anfiteatro y ahora hay dos”, dijo, en referencia a sendas
teorías que sitúan este enorme edificio bajo Santa María del Mar y la iglesia
del Pi. Entre los objetivos del Plan Barcino que impulsa el consistorio está el
localizar con precisión el foro romano. Los georadares confirmarán o no la
hipótesis.
FUENTE_ El país
No hay comentarios:
Publicar un comentario