CURIOSIDADES EXPRESS:
Un
ejemplo del legado más perfecto en cuánto a arquitectura religiosa de los
sumerios es el zigurat de Ur. En su momento, todas las ciudades importantes de
la cultura sumeria poseían un zigurat. Así, como nos relata Heredoto en tiempos
muy posteriores hacia el 440 a.c.: “En lo alto hay un santuario muy espacioso,
dentro del cual se halla una cama de enormes dimensiones ricamente decorada,
con una mesa de oro junto a ella. No hay allí estatua de ningún tipo y nadie
ocupa la habitación de noche, salvo una única mujer a la que el dios, según
afirman los sacerdotes, ha elegido para él. Dicen también que el dios entra en
persona en dicha habitación y duerme en su cama. Yo personalmente no me lo creo”.
Este pasaje es muy probable que haga referencia al zigurat de Ur, cuya
sacerdotisa era una de las hijas del rey. En la pretensión de alcanzar el
cielo, el zigurat representaba el espacio para el matrimonio de Nanna, la diosa
de la luna.
RECONSTRUCCIÓN BASADA EN LOS ESTUDIOS DE SIR LEONARD WOOLLEY SOBRE COMO ERA EL ZIGURAT ORIGINAL |
Este
zigurat se comenzó a construir hacia el 2000 a.c., en tiempos de Ur-Nammu sobre
2018 a 2001 a.c. y su hijo Shulgi, ambos reyes de Ur, que dominaban el sur de
la Mesopotamia y aprovecharon la riqueza de su
imperio para la reconstrucción de la antigua capital. Si se excavase en
el interior del zigurat, con toda probabilidad, se dejaría al descubierto los
restos de otros templos ocultos que se pueden remontar en miles años atrás en
la historia. El más antiguo de ellos pudo ser la morada sencilla de un dios
local, construida a base de juncos, que con el tiempo daría lugar a una
estructura de ladrillos de adobe secados al sol. Así, cada reconstrucción
incorporaba las ruinas de las edificaciones anteriores, de esa forma el nivel
del suelo fue ascendiendo en altura, por lo que el recinto aumentó en tamaño,
hasta que se creyó en un momento dado, la necesidad de construir una estructura
más sólida.
La
construcción del zigurat se basa en una planta rectangular irregular cuyas
esquinas se orientan en los cuatros puntos cardinales. Los muros poseen una
ligera forma de talud a la par que van ganando en altura y están decorados con contrafuertes
no muy gruesos. Este llegó a contar con tres plantas escalonadas rematadas en
lo alto con un santuario. Aún siendo una estructura bastante maciza, eso no
impide que cuenta con pozos de ventilación muy profundos. Los ladrillos de
adobe se disponen en sentido horizontal y con las líneas perfectas, y en su
cara exterior nos encontramos con una capa de unos 2 metros y medio de grosor construida
con ladrillos cocidos también colocados en sentido horizontal. Todos los
ladrillos incorporaron mortero bituminoso de forma que eran impermeables.
LA BASE DE LA ESCALINATA CENTRAL RECONSTRUIDA DEL ZIGURAT DE UR |
La
base del zigurat mide 62,5 x 43 metros. La primera planta tiene 11 metros de
altura y su superficie, está rematada con un parapeto de poca altura,
pavimentada con ladrillos cocidos. En su centro se levanta una segunda planta
que en su día se estima que midió 36 x 26 metros. Se cree que medía 5,7 metros
de alto y sobre ella estaría dispuesta una tercera planta que hoy en día no
existe de 2,9 metros. Del santuario que había ubicado encima no se conoce nada.
El acceso estaba colocado en la cara nororiental, desde donde tres escalinatas
de ladrillos cocidos conducían a una explanada con techo situado entre la
primera y segunda planta. La escalera central se reservó para las procesiones
rituales, mientras que las otras dos tenían una función más doméstica. De
hecho, en la base de la situada hacia el norte había una cocina de grandes
dimensiones, era destinada para que los dioses se tomaran un refrigerio de ven
en cuando. Los lados están abombados ligeramente hacia la zona del centro. En
la base del zigurat se incorporan ladrillos ligeramente abultados hacia fuera,
por lo que ese abultamiento no es accidental sino premeditado.
PLANO DE LA CIUDAD DE UR, EL ZIGURAT EN SU CENTRO |
Durante
los años posteriores a su construcción, el zigurat se fue reparando y
manteniendo de pie, hasta que Nabónido de Babilonia ( 555 – 539 a.c.), que era
una apasionado devoto anticuario seguidor de la diosa de la Luna, decidió
restaurar por completo las escalinatas y las plantas superiores, ya que algunos
ladrillos satinados de color azul encontrados entre los restos, probarían que
la actuación de este anticuario estuvo a medio camino entre la restauración y
la mejora, si bien el aspecto final del zigurat respectó el mismo que el
original. Pero Ur fue declinando en su fortuna a la par que el río Éufrates fue
cambiando su curso con paso de la historia. De forma que Ur sería
definitivamente abandonada en mitad del desierto.
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