CURIOSIDADES:
Recordáis
aquella visita a Roma y visteis aquel monumento de aparente sencilla
estructura; una cúpula esférica con una fachada monumental. Pudisteis
contemplar la luz de la cúpula que ha inspirado a numerosos arquitectos de prestigio,
como puede ser Christopher Wren, cuya cúpula en la catedral de Londres de San
Pablo, de unos 35 m de diámetro está lejos de los 44 metros del monumento
romano, el panteón. El monumento más grande jamás edificado por los romanos y
la cúpula más grande de los monumentos en la Tierra.
En
la antigüedad no existen muchas referencias al panteón, a pesar que en 1632 el
Papa Urbano VIII mandó colocar una placa donde reza: “el más celebrado edificio
del mundo entero”, y cuando aparecen estas referencias es de forma ambigua
sobre su función y aspecto. El panteón fue erigido en tiempos de Agripa, la
mano derecha del emperador Augusto, y la versión que podemos contemplar es la
tercera versión del edificio, que data de los tiempos de Adriano (117 – 138 d.c.).
Se desconoce en profundidad el verdadero aspecto de las dos versiones
anteriores, si bien lo poco que se sabe por algunos textos, existirían capiteles
y cariátides de bronce de Siracusa, inexistentes en la versión de Adriano.
EL PANTEÓN ROMANO VISTO DESDE ARRIBA SE VA APLANADO DIFERENTE DE LA FORMA SEMCIRCULAR DEL INTERIOR. |
La
función del panteón es según la que ofrece el cónsul romano Casio Dio en el
229; nos dice que el nombre de panteón se justifica a partir de la existencia
en su interior de estatuas de todos los dioses y que su cúpula se parece a la
bóveda celeste. También nos relata como el emperador Adriano llevó en su
interior diversos actos públicos y que el panteón original conservaba en su
interior estatuas de julio César y Augusto. Existe cierta controversia entre
los historiadores que no se ponen de acuerdo para decir si el templo fue para
los dioses, o si fue un monumento para exaltar la gloria de Augusto, o recinto
de audiencias del emperador o como un lugar de culto y simbolismo al cosmos. Es
común que los templos hagan alusiones a los símbolos celestes y que la estatua
del emperador sea contenida en ellos.
La
estructura del Panteón planteaba ciertos interrogantes tanto de función y de
cómo se construyó, o porqué se mantiene en pié. La cúpula y la rotonda, son de
6 metros de grosor, y se fabricaron de cemento no armado romano de gran calidad
descansando sobre un anillo de cemento compacto de piedra travertina de 4,5 metros
de profundidad, que se asienta a su vez en una gruesa base de arcilla. La
cúpula es de 44 metros de diámetro, es semicircular por su cara interior y se
eleva a una distancia de 22 metros sobre el nivel del suelo, de los que dos
terceras partes están recubiertos con cinco filas concéntricas de 28 cuadrados.
Si se observa desde el exterior presenta una aspecto más aplanado, el tambor de
la rotonda prosigue hasta alcanzar los 30 metros de altura a la vez que va
aumentando el grosor de la parte inferior de la cúpula con la inclusión de
siete anillos escalonados. De esta forma el grosor de la cúpula pasa de 6
metros en la parte inferior a 1,5 metros en la zona del ojo central en la parte
más elevada. La totalidad del monumento va bajando de peso conforme gana altura
debido a la gradación del material empleado, desde la piedra travertina y toba,
con un peso de 1750 kilos por metro cuadrado, al ladrillo en la parte más alta
de la cúpula, la piedra pómez y una variedad de tova más ligera, con unos 1350
kilos por metro cuadrado.
En
un primer momento se pensó que la cúpula era en realidad un monolito
artificial, como si fuera una tapa de una cacerola, y que no ejercía ningún
tipo de fuerza sobre la rotonda, por lo que los cambios en la estructura que se
realizaron en forma de refuerzos exteriores y el artesonado servían para
reducir la presión que ejercía el tambor sobre su parte baja. Sin embargo, en
los años 30 se descubrió una serie de grietas antiguas en la sección baja de la
cúpula con lo que se pensó que esta última tendía a abrirse hacia fuera como
resultado de las presiones ejercidas, y que los refuerzos en la parte exterior
de la rotonda y los anillos escalonados de la cúpula fuesen en realidad enormes
aros de refuerzos para preservar que la base de la cúpula no se abriera hacia
fuera por el propio peso. Actualmente, se cree que los diferentes intentos
llevados a cabo para aligerar la parte superior eran una forma de disminuir la
tendencia a abrirse hacia los lados, y no tanto la presión vertical. Se han
hechos simulaciones informáticas para ver cómo pudieron construir los romanos
el monumento y se ha llegado a la conclusión de que ante el temor que la cúpula
se agrietara, se concibió a la cúpula como un conjunto de arcos sucesivos. Los
anillos escalonados se convertían en unos elementos para garantizar la
estabilidad del conjunto al añadir presión vertical, como los pináculos o los
arbotantes góticos, y el aligeramiento de la cúpula reducía la presión hacia
los lados. El artesonado solo sería de decoración.
EL CIRCULO DE LUZ PROCEDENTE DEL OJO CENTRAL ILUMINA EL INTERIOR ARTESONADO DE LA CÚPULA |
No
obstante, sería probable que las grietas de la cúpula y otras de la sección
inferior se formaran en el proceso de construcción. Hay un problema con la naturaleza pozzolánica
del cemento romano que repele el calor durante la fase de endurecimiento, lo
que genera tensiones térmicas en la estructura. Las numerosas cavidades
existentes en la rotonda nos da idea que los romanos conocían parte de este
problema. Lo que puede explicar la función de los 7 nichos y la puerta que
divide el nivel inferior de la rotonda en ocho pilares, cada uno con una cámara
semicircular labrada en su interior. Esto se va repitiendo tanto en la sección
central como en la superior, donde nace la cúpula. Con lo que la función de
estas cavidades sería endurecer el tambor de forma rápida y uniforme reduciendo
muy poco la capacidad de la estructura para soportar el peso de la cúpula.
Se
habla de otra problemática; en la construcción de la cúpula se uso armazón de
madera que debió soportar el peso del cemento de aquella mientras no fuera
resistente para sostenerse por sí misma. Se ha pensado en una enorme estructura
de andamios de madera dispuestos en el mismo suelo del edificio o un complejo
sistema de vigas voladizas que surgiera de la cornisa de la sección superior.
Tanto uno como otro suponen un proceso de construcción en anillos sucesivos
horizontales, lo que exige que todo el armazón fuera colocado a la vez. Si
bien, otros piensan que debido a las grietas presentes, este armazón se habría
construido en secciones verticales, con lo que parte del armazón se habría ido
desplazando de forma horizontal a medida que cada una de las secciones se fuera
manteniendo por si solas.
Por
otra parte, ciertos estudios recientes han puesto al descubierto ciertos
problemas de provisión de materiales que pueden explicar que ya desde el
renacimiento se cuestionase de la torpe yuxtaposición de pórtico, bastante
bajo, con el frontón muy alto, el bloque intermedio de forma rectangular, y la
rotonda. Las columnas en granito del pórtico, con sus fustes de 11,8 metros de
altura, presenten un aspecto descomunal, pero con dos metros más adicionales se
habría resultado la desproporción existente de la fachada que no le da un
aspecto armónico. Las columnas procedían de las canteras del Mons Claudianus y
Asuán, en Egipto, con lo que es muy probable que hubiera ruptura del flujo de
material al lugar debido a cualquier imprevisto.
A
continuación hablaremos del hormigón. Hoy en día, nuestro hormigón puede durar
unos cincuenta años cerca del mar. Los romanos usaron uno, que funciona después
de 2.000 años, aún estando sumergido por el agua del mar. El secreto a esto es
el que ha descubierto un equipo internacional dirigido por la Universidad de
Berkeley, que analizaron muestras del hormigón romano extraídas de ruinas
romanas sumergidas en el mediterráneo. Está compuesto de ceniza volcánica. Los
romanos usaron un limo a partir de zonas de altas actividad volcánica con
grandes concentraciones de aluminio en la mezcla de silicatos y calcio de un
cemento normal. El aluminio junto con el agua del mar generaba una reacción
química que originaba un cristal en el cemento. De esta forma, tenemos un
cemento más duro y que no se ve afectado por la humedad. La mezcla la horneaban
a unos 900 grados de temperatura para construir los bloques para la
construcción, mientras que el hormigón actual precisa de una cocción a 1400
grados que genera más contaminación.
fuente_CHRIS SCARRE
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