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jueves, 30 de octubre de 2014

LOS CELTAS DE LAS ISLAS

 CURIOSIDADES:



Cuando un gran jefe celta de Galia, de la tribu de los atrebatos, se puso al servicio de Julio Cesar. Sin embargo, se rebeló ante este cuando un oficial romano le traicionó y se lo reprochó delante de mucha gente, y luego le golpeó. Esto le puso en la picota pues se consideraba un delito muy grave, por lo que tuvo que huir en un veloz caballo. Conectó con un ejército local rebelde a Roma debido a sus dotes, y pronto, sería nombrado jefe del mismo, un numeroso grupo de celtas. Estos fueron peleando con uñas y dientes contra los romanos, numerosas batallas tras sus espaldas para defender el orgullo, los familiares muertos y la libertad. Pero esta bravura no les fue suficiente, fueron empujados hasta la costa noroeste y si vieron obligados a navegar hasta la Britania.

Al llegar a la isla se toparon con hijos de los celtas belgas, ya instalados. Comn y los suyos tuvieron los arrestos para establecer un pequeño reino, que viviría en paz durante tres generaciones y vería el mando de tres reyes, descendientes de este Comn. 



CARADAWC


La forma de vida celta se fue extendiendo por la isla sin la presencia romana. Esta influencia sería fuerte en la parte sur de la isla, limitada en el norte desde el canal de Bristol al Wash, donde se erigieron unas 70 villas, compuestas de ganaderos, pescadores y campesinos. Pero, preocupados en su quehacer cotidiano, no fueron capaces de desarrollar una flota para defenderse. Los enemigos podían venir del mar y no lo tuvieron en cuenta.

Así, una primera expedición romana llegó a la isla en los tiempos de Calígula, pero fueron repelidos por las fuerzas de los celtas de Cinobelinus. Varias derrotas sufrieron entonces los romanos, hasta que aprendieron las costumbres de las islas, y se sirvieron del pretexto de detener a dos desertores, los locales les permitieron establecer una guarnición. 

Esta cabeza de puente pasados tres meses permitió arrancar un plan de invasión firme. Los jefes celtas intentaron frenar a los romanos, pero muchos de ellos murieron en el campo de batalla y otros acabarían sus días por sus propias manos, como hacían los antiguos galos cuando fracasaban ante el pueblo. Sin embargo, uno de ellos se salvó, un tal Caraticus, gracias a su gran elocuencia que dejó con la boca abierta a los representantes del senado en Roma, donde fue conducido como prisionero.

Los romanos establecerían una colonia en Camylodunum, se les fueron sumando pequeños fuertes y guarniciones, y cada vez habrían más y más. Se detuvieron en la isla de Alglesey, ante el gran santuario de los druidas en la Britania. Y loa druidas alentaban la lucha contra los romanos y dieron cobijo a muchos. Tras un asedio que duró varios meses, Roma ganó la plaza. No les fue una conquista fácil, pues ante un gran despliegue de fuerza romana siempre había un caudillo celta que sublevaba a varios núcleos celtas, pero al final sucedió lo inevitable y sucumbieron. Sin embargo, el espíritu celta era de combatir ante la menor ocasión.






Sobre el año 50 estalló una sublevación general que puso en grandes apuros a los romanos. Su caudillo fue Caradawc, y convenció a los suyos que podían batallar hasta obtener una segura victoria final tras unas pequeñas victorias seguidas. No obstante, sufrió la traición de Cartinmandua, la reina de los brigantes que ansiaba el apoyo de Roma y cobrar la recompensa por la cabeza de ese jefe celta. Aunque este fue parado, todavía quedaban focos de resistencia en la isla como el de Mona, una isla sagrada para los celtas, dónde vivía un núcleo de druidas. Allí las tierras eran muy fértiles, un famoso santuario que dieron cobijo a numerosos celtas que huían de Roma. Se eligió como jefe de la resistencia al brigante Venusio, que había repudiado a Cartinmundua por su traición. La isla aguantó el asedio romano durante muchos meses, hasta que Suetonio decidió usar todas sus legiones, sabiendo que era el momento clave para conquistar la Britania. Usó una estrategia consistente en abandonar las guarniciones situadas en la costa, delante de Mona, y esperar como dos semanas, de forma que los celtas tuvieran la sensación de que el ataque había sido abandonado definitivamente. Los espías romanos, comprobaron que las defensas fueron abandonadas y dieron el aviso a los suyos. Era el momento de golpear Mona sin piedad aprovechando que el santuario celta estaba celebrando unas fiestas religiosas. Corrió la sangre formando ríos por la plaza. Los romanos exterminaron a toda la población, y a los cadáveres de los druidas se los degolló, y luego, sus cabezas fueron arrojadas al mar, porque era creencia que esta acción impediría la resurrección en otro mundo.

Cuando el resto de los celtas se enteraron de lo sucedido, se alzaron en armas. La reina Boadicea se puso en cabeza de esta nueva sublevación, con el propósito de infringir venganza ante Roma. Varias plazas romanas fueron arrasadas y sus habitantes sacrificados o degollados ante la diosa Andrasta. Pero los celtas cometieron un error tremendo, no estudiaron el terreno donde iban a enfrentarse con dos legiones romanas, este era muy pedregoso con lo que impedía las maniobras a los carros celtas. En cambio, los jinetes y arqueros romanos se podían prosperar por el terreno, y para los romanos fue como ir de caza y a pesar de la gallardía, heroísmo y pundonor que hicieron gala los celtas, que siempre iban desnudos y sin temor a la batalla. Ante lo evidente de la derrota, la reina celta se suicidó con veneno. Fracasó ante el pueblo y se sacrificó. 



REINA BOADICEA  O BOUDICA


En meses venideros, los celtas fueron formando grandes batallas defensivas, a las que unieron los brigantes y los siluros. Pero fueron diezmados poco a poco debido a la mejor preparación que atesoraban los romanos en combate en todo tipo de situación y clima. Además, los romanos, igual que en la Galia, usaron un cuerpo de espías y sobornadores, que demostró su valía para expandir el imperio por aquellas islas.

Así, se puede afirmar, que tiempos de Agrícola, suegro de Tácito, Britania fue conquistada. Corría el año 80. Aunque algunas regiones no fueron invadidas, las de Caledonia y la parte central de Gales. Fue debido, probablemente, a sus tierras montañosas, la desolación de las llanuras y a un clima terrible. Fueron lugares que acogieron colonias irlandesas.

El procónsul Agrícola usó la siguiente artimaña en sus propósitos, regalar y vencer. Al tener sus arcas rebosantes en todo momento, se cuidó de construir casas romanas, y sus moradores fueron jefes locales. También mandó erigir escuelas, para los hijos de aquellos. Otra medida fue regalar joyas, utensilios, ropaje y otros objetos provenientes del continente, que nadie rechazó por su llamativo aspecto. Agrícola convirtió a las guarniciones en ciudades. De esta forma la sensación en el britano de ser vigilado constantemente disminuía. A esto se unió que las mujeres britanas, en concreto las celtas, eran muy bellas con lo que se fomentó el matrimonio mixto. Llegaron a existir 30 ciudades al estilo romano, cuyo nombre era precedido por Cair, derivación de Castrum, y que denotan su origen romano. En ellas se hablaba el latín y se vivía a la romana. Esto no significa que los britanos se latinizaron como los galos, solo la aristocracia britana si lo hizo, el resto del pueblo siguió con su lengua y costumbres.


AGRICOLA


Pero llegó el final de la presencia romana en la isla debido al empuje sajón y anglo. Los celtas quedaron al merced de otras culturas de nuevo y se concentraron en el país de Gales, Escocia y la isla de Man. También se establecieron en el continente en un importante núcleo, el de Armórica, donde vivían unas tribus hermanas. Poco más tarde, se produjo otra invasión, la de los misioneros cristianos, eficaz e incruenta. Los misioneros convirtieron a los sajones y el mérito de esta labor se atribuye a San Agustín y San Gregorio. Así, en el siglo VII Britania, prácticamente, era cristiana. Esto supuso un golpe final para los celtas que vivían fuera de Escocia y del País de Gales.

Se sabe que Irlanda, había varias tribus celtas, como los pictos, bretones, belgas y los goidelos. No sufrieron invasiones romanas, aunque al tener algún que otro contacto vieron sus costumbres un poco cambiadas a nivel cultural. Ellos crearon el reino de Tara. En esos tiempos en Irlanda estaba predicando un cristiano, San Patricio. En esta época, van a nacer dos epopeyas irlandesas, la de Ulster y la de Leinster, que nos hacen entender como la grandeza de la cultura celta y su larga permanencia, e incluso modificaba lo que llegaba de fuera de las islas como el alfabeto latino que lo adaptan al irlandés, que se compone de 20 letras, y se basa más en sonidos que en escritura, debido a que les repele las formas escritas. Los celtas también copiaron, en esta ocasión, de los romanos la institución de un ejército permanente, al que nombró fianna, que es elogiada en las dos epopeyas. Fue la única región celta que mantuvo un ejército en tiempos de paz. 

El reino de Tara se creó en el año 483, a partir de cinco reinos anteriores. Luego se dividió el gran reino en 7 regiones; Meath, Connaught, Oriel, Argialla, Ulster, Leinster, Munster y Ailech. En eso que llega San Patricio, a pesar que el cristianismo ya había llegado antes que él, y eso debió ser por el 470. Fue un gran predicador siempre contrario a la esclavitud y a todo tipo de sometimiento por la fuerza. Se dice que él mismo fue esclavo en Irlanda. El predicó clara y directamente, y conocía todos los recursos de la lengua irlandesa, con lo que conectó con el pueblo llano. Entre los irlandeses muchos se convirtieron al poco de oírle, y los que no lo consideraban con respeto y amistad. La conversión al cristianismo traería, sin embargo, más adelante la invasión de 684, un paseo militar para el invasor, en tanto en cuánto, no disponían los irlandeses de la fianna, el ejército permanente, seguramente por el mensaje cristiano de paz.

Después de San Patricio, vinieron más santos como Columbano que consiguieron colonizar la isla. En eso que se fueron fundando numerosos monasterios y otros centros religiosos., y lo que es más importante para lo celta, se comenzó a copiar leyendas celtas. El pueblo irlandés amó lo que representaba San Patricio, que amó tanto a la isla y sus tradiciones que estimó oportuno recuperar lo celta, y gracias a esto, actualmente podemos disfrutar de historias fantásticas, muchas de ellas dieron alimento a trovadores, más adelante a los grandes románticos, e incluso a otros escritores que profundizan en el ciclo artúrico, sin olvidar las influencias en Tolkien.

Por ello se puede afirmar que la edad de oro irlandesa se estableció con la presencia de San Patricio y duró unos tres siglos. En ese tiempo de paz y prosperidad, en donde se mezclaba lo cristiano con lo celta,  los celtas ya no hacían sacrificios, mantenían sus viejas tradiciones y asistían sin problemas a la misa. Había pocas batallas, y se llegaron a abandonar viejas guarniciones como Tara, que no eran núcleos urbanos estrictos. A final del siglo VIII, la isla comenzaba a sufrir el asedio de piratas escandinavos, que al final conquistaron Dublin, a la que fortificaron, lo mismo que con otras ciudades importantes. En años posteriores, la isla se convirtió en fuente de conflictos entre escandinavos, noruegos y daneses, que eran llamados por el pueblo irlandés paganos negros, por su violencia, no por su aspecto. Estos paganos negros no fueron vencidos hasta el año 1014 en la batalla de Clontarf.




SAN PATRICIO


Tras la huida de los paganos negros, la ilusión colectiva, la cultura y las gentes de Irlanda estaban muy diezmadas, y entonces los cristianos alimentaron un movimiento cisterciense muy duro, que condujo al Papa Adriano IV a pedir la intervención del rey de Inglaterra que dio a una nueva conquista; la normanda que trajo una intranquilidad permanente de siglos. De esta forma cuando se establecían los normandos, se revolvía la nobleza irlandesa, y así sucesivamente, con lo que la paz no llegaba nunca.

Esto se puede resumir en lo siguiente: “Esta fue la historia de los celtas; grupos de tribus arias que tuvieron consciencia de su originalidad y cubrieron con sus emigraciones la mitad de Europa. Fueron vencidos y se confundieron con nuevas naciones. En las islas resistieron. Más tarde, debieron retroceder. Al replegarse sobre sí mismos, se vieron asimilados parcialmente por el Imperio Romano. Lo que sobrevivió a la caída de los Estados Célticos bretones terminaría por ser absorbido por los normandos, los últimos germanos que emigraron. No queda ya más que una pequeña nación indomable y vigorosa, en un extremo de sus primeras conquistas, y tras ella, en Escocia, en el País de Gales, en Bretaña francesa, comunidades de lengua céltica que han perdido el carácter de naciones, pero no de individuos pertenecientes a la cultura céltica”.

Como hemos comentado los monasterios irlandeses fueron muy importantes para la transmisión de la cultura céltica, sobre todo en los collum cille, donde la enseñanza era gratuita, aunque se exigía al alumno un pequeño trabajo; pesca, copiador de manuscritos… en esos monasterios se fueron transcribiendo las leyendas célticas. Tenemos el ejemplo del monasterio de San Gall donde se impartía enseñanza de corte celta y donde se prefería la memorización de los textos que la escritura de los mismos, tal como hacían los druidas con su alumnado. Entre las leyendas celtas que se transcribieron destacan la Navigatio Brendani, donde se cristianiza a un héroe págano, a Brendan, donde se cuenta que este en condición de monje emprende un viaje por mar a la tierra de la Promisión, cuya existencia ha sido revelada en un sueño. Es acompañado por varios monjes y marineros, y este grupo se ve inmersos en conflictos y aventuras de diversa índole. Unos de estos momentos es cuando se encuentran con Judas Iscariote, que se ha tomado un respiro de sus trabajos en el infierno. También se detienen más adelante en una isla para festejar al resurrección. Pero, sumidos en plena celebración se dan cuenta que la isla es el lomo de una ballena. Muchos perecen en la huida, hasta que Brendan y otros llegan a otra tierra donde pueden disfrutar de frutas sabrosas y unos manantiales, cuyas aguas los adormecen. Hasta que finalmente, llegan a su destino en la tierra de Promisión de los santos, y luego regresan a Irlanda para que todos conozcan sus historias.

De hecho esta historia fue muy famosa, e hizo creer a algunos cartógrafos de la existencia de esa isla mítica que la incluyeron en sus mapas, e incluso se pensó que los irlandeses descubrieron América, al creer que tal vez esas tierras correspondían al continente.



BRENDAN


Vamos a presentar una hermosa poesía irlandesa:

“Noticias traigo;
Brama el ciervo, el invierno nieva,
El verano pasa; el viento fuerte y frío,
Bajo el sol, corto su cortejo,
Fuertes los mares; helechos rojizos,
Forma sesgada, el ganso salvaje eleva
El grito acostumbrado; el frío queda cogido
En las alas de un pájaro, tiempo de hielo;
Esto oigo yo.

La poesía celta está lleno de símbolos, que acaso entendieron los propios celtas. Las frases suenan bellas, pero juntas para componer algo incoherente.

“Un muro de bosque aparece por encima,
Y dulcemente el mirlo canta;
Todas las aves componen una melodía
Sobre mi cabeza, mis libros y mis cosas.
Allí canta para mí el cucú
En la ciudadela de árboles con gris caperuza
¡Destino de Dios! Que Dios me proteja,
Para escribir bien bajo el gran bosque.

Se conservan muchos relatos, que los monjes fueron transcribiendo y conservando en viejas bibliotecas. A partir de aquellos se permitieron autores relatar unos relatos populares, donde se fue moldeando a personajes como Fomoiri, Melesians, Cuchulainn y mucho más. De esta manera la resurrección de los mitos celtas ayudó al renacimiento de la literatura irlandesa, cuyos representantes más destacados ha sido William Butler Yeats, Jonh Millington y Lady Gregory.  Sus escritos fomentaron entre sus lectores la unión de lo celta con un sentimiento patriótico.

Así se puede corroborar al usarse a Cuchulainn como el principal símbolo por los rebeldes irlandeses en la Pascua de 1916. Uno de sus cabecillas, el maestro de escuela Padraic Pearse, lo usó también para impartir sus enseñanzas en gaélico, el idioma del país que aún conserva muchos raíces celtas. En la puerta del aula se encargó de colgar un figura de ese héroe mítico, con el fin de que sus alumnos le imitaran dando pruebas de coraje y valor. Este profesor fue fusilado por el ejército británico, después de ser condenado por su condición de jefe de los rebeldes, sin duda, tuvo un destino heroico propio de Cuchulainn. Su sacrificio y de otros no fue en vano, y unidas a muchas manifestaciones, llevó a la independencia de Irlanda en 1937, luego de haber padecido este País, e Inglaterra, una sangría de hombres.




CUCHULAINN Y SU CARRO DE BATALLA


“Actualmente, la herencia de los celtas, tan orgullosamente proclamada por los miembros del renacimiento irlandés, está siendo examinada y estudiada por fin del modo que se merecía. La historia no siempre ha tratado amablemente a los celtas. La civilización occidental ha tendido a subrayar la enorme deuda que ha acumulado respecto a las civilizaciones de Grecia y Roma, mientras que casi ha ignorado la herencia celta.”.


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