CURIOSIDADES:
Recuerdo
que en Lyon nos concentramos un gran número de soldados. Corría el 1209. Si te
parabas a escuchar podía escuchar hasta 10 lenguas diferentes. Estaban muy
animados, les habían contado que la Iglesia había promulgado una serie de
indulgencias, así como la duración de la cruzada de unos 40 días, y que pasados
los mismos todos estos grandes guerreros católicos volverían a casa cargados de
riquezas.
Entre
todos estos guerreros los había de diferentes clases sociales, hasta el punto
que podías encontrar delincuentes. Pasando por L¡lle recuerdo un joven ladrón
que iba siendo perseguido por unos
alguaciles, pues vio que había unos monjes que estaban reclutando en una plaza
por lo que se encaminó hacía allá y pidió enrolarse en la cruzada. A pesar de
esto, fue detenido pero por lo que se los responsables de la cruzada
protestaron formalmente por ello y lo tildaron de provocación. Existe la idea
de que la cruzada es una empresa que exime de cualquier pecado a aquel que se
incorpora a la misma, por lo que poco después fue excomulgada la condensa
Matilde de Flandes por no haber impedido la detención. Se intentó amenazarla de
perder sus propiedades sino dejaba en libertad a ese nuevo “cruzado”. Y este
ladronzuelo se incorporó al ejército para luego desertar a los pocos días.
Pues
como decía, en los alrededores de la ciudad habría unas miles de tiendas de
campaña y otros tipos de construcciones provisionales que se habían levantado.
Podemos afirmar que allí se encontraban todos los que se querían vengar del
Languedoc y la Provenza con la intención de eliminar de este mundo a todo
cátaro que se pusiera delante.
LOCALIZACIÓN DE BÉZIERS |
El
24 de junio de 1209 nos pusimos en marcha todo el ejército cruzado y dejamos
Lyon tomando una ruta paralela al rio Ródano que nos llevaría a la región de
Oc. Se puede escuchar por ahí a alguno afirmar lo siguiente: “¡Pero que inmensa
mezcolanza en este ejército de Jesucristo! En cabeza cabalgaba el sombrío e
implacable archiabad de Citeaux, el caudillo de las huestes cristianas contra
los herejes albigenses. Cual caballero apocalíptico avanzaba, cogulla al
viento, por el país que no adoraba a su Dios. Tras él, entonando el dies irae,
marchaba el ejército de arzobispos, obispos, abades, curas y frailes. Junto a
los príncipes de la Iglesia iban los grandes nobles seglares con sus
resplandecientes armaduras de acero, plata y oro. A continuación seguían los
caballeros bandidos con sus armaduras destartaladas; Rolberto Nada- teniente,
Gui que no prueba el agua y todos los demás con vete a saber qué nombres. Luego
los ciudadanos y campesinos, y detrás la moralla de toda Europa; los ribautz (rufianes),
los truands (truhanes) y, en los templos de Venus de cuatro ruedas, las rameras
de los señores de todas las naciones…”.
Algunos
nos dimos cuenta que esta cruzada más que una cuestión de herejía, es una
cuestión política, al fin y al cabo, estos cátaros del sur de Francia se
mostraban independientes, y los clérigos y sus perfectos mantenían una buena
relación y paz. Pero al Papa le molestaba la herejía y quería eliminarla y
sumado al interés histórico de los monarcas galos de apoderarse de los condados
del sur ,que como digo eran independientes de su poder.
Bueno,
en esos días conquistamos Pylaroque, que no estaba defendida. Luego nos
dirigimos a Gontand y sin que acabara la semana ya habíamos saqueado Tonneis.
Pero nos vimos frenaods en Casseneuil, la cual resistió unos cinco días. Una
vez que se rindieron, unos 50 cátaros fueron llevados a la hoguera, tras un
juicio inquisidor, que en fin, fue toda una farsa, la sentencia estaba ya
decidida antes. También se vio que una hermosa Perfecta vio destruida su
armónica figura bajo el rojo pavoroso de las hogueras sentas.
Posteriormente,
nos dirigimos hacia Montpellier y el 20 de julio esta sucumbió, oponiendo fuerte
resistencia. Este hecho hizo que sus supervivientes, no pocos, no se libraran
del castigo de las llamas. Entonces, una día después vimos como Raimond Roger,
el sobrino del condado de Toulouse, se acercó al lugar para platicar con los
jefes de la Cruzada. Con la idea de impedir que otras ciudades cayeran en
desgracia. El se dispuso en la plaza central esperando, los jefes de la cruzada
sabían de su llegada, pero él continuó esperando, pero estos no aparecían.
Pasadas dos horas alguien del pueblo se le acercó con sigilo y le comentó algo.
Solo puedo especular, pero debido al tiempo de espera y a pesar de venir con la
bandera de la paz, probablemente, le dijeron que le iban a emboscar con sus
cinco hombres que le acompañaban y que no iban a salir vivos de allí. Entonces
este señor y los suyos decidieron escapar de la ciudad.
Por
lo que supe por un testigo presencial luego, Raimond Roger se dirigió a la
fortaleza de Béziers sin saber qué poder responder a los que le esperaban y
rodeaban antes de descender de su fatigada montura. Se dirigieron a él: “¿Creéis
que tenemos alguna esperanza?, preguntaba el jefe del lugar. A lo que respondió:
“No”, sin que la emoción quebrara su voz. “Tendréis que defenderos con todo lo
que tengáis ¡Qué Dios sea vuestro aliado!¡Volveré con refuerzos, hermanos míos!
A
continuación organizó la huida de los judíos y de los cátaros. Pero muchos de
estos no quisieron abandonar la ciudad. A esto, Raimond Roger Trencavel,
vizconde de béziers y Carcassone, partió junto a sus caballeros y junto a 20
ancianos semitas que aceptaron su ruego, a poner en estado de alerta otras
localidades.
EL ACTOR TOM FELTOM COMO ROGER RAIMOND TRANCAVEL |
En
Béziers reinaba el miedo; pero esto no impidió organizar sus defensas. De
repente, desde lo alto de la atalaya más alta, un vigilante gritó que veía las
primeras líneas del enemigo. Muchos de los suyos subieron a las murallas y
miraron; y vieron con horror que el ejército abarcaba todo el horizonte. Miraban
de izquierda a derecha y de derecha a izquierda y lo que contemplaban era un
ejército de perdición. Parecía un dragón en movimiento dispuesto a vomitar lava
de volcán por sus fauces gigantescas.
El
jefe del lugar gritó: “¡No nos rendiremos!”.
Horas
más tarde recibieron un emisario de los cruzados, Reginald de Montpeyriyx, el
obispo más viejo. Se acercó montado en una mula e iba acompañado de dos
clérigos que portaban unos pergaminos, con las condiciones de la rendición,
Luego se hizo sonar las campanas de la ciudad para convocar al pueblo en las
grandes naves del edificio de estilo románico. La decisión que tomase Béziers
respecto a las condiciones debía ser votada por toda la gente.
Ante
las naves llenas de gente, el obispo, queriendo mostrar tranquilidad que no
sentía al verse rodeado de torrentes de gente, a la que considerada infecta
espiritualmente les dijo: “Los cruzados se hallan en las mismas puertas de esta
ciudad, hermanos. ¡Si nos entregáis a los cátaros este lugar y muchos de
vosotros podréis salvaros!”
-“Jamás
lo haremos viejo!”, gritó alguien al fondo. “¡No!” le secundaron otras
voces. Hasta que un coro general exclamó
esta proclama heroica: “¿Cómo os habéis atrevido a venir aquí para insultarnos?
¡Nunca traicionaremos a nuestros hermanos!¡Preferimos vernos arrojados al fondo
del mar!”.
En
estas que el obispo fue abandonando la ciudad entre los abucheos de la gente.
Luego debió contar lo sucedido a sus superiores, y se dice que Arnaud Amaric,
el gran prior de Citeaux, enrojeció de furia y asestó tal puñetazo en la mesa
que tenía adelante que con voz tiránica proclamó: “¡Os juro que borraré de la
faz de la tierra a toda esta fortaleza!¡No quedará de ella ni una sola piedra!”.
En
la mañana siguiente, el 25 de julio, y con los cruzados cubiertos de sudor
debido a que el sol caía a plomo sobre ellos. Estos pudieron ver como desde
Béziers salió un grupo de insensatos armados. Eran varios centenares. Sin
embargo, en cuánto el jefe de estos contempló como venía a por ellos la primera
línea del ejército de los cruzados, ordenó a los suyos volver a la fortaleza,
pero fuera como fuere, esta decisión provocó caos y no se consiguió cerrar las
grandes puertas antes de que las hubiera traspasado el enemigo. Viendo lo que
sucedía, desde las murallas se lanzó piedras, flechas y aceite hirviendo. No
obstante, los cruzados tenían buenos escudos y buenas defensas. Y aunque
sufrieron numerosas bajas, conquistaron las alturas al atardecer. Abajo, otros
cruzados se abrían paso por las estrechas calles deBéziers viendo como muchos
de sus habitantes huían en dirección a la catedral. El día anterior, todos los
cruzados fueron aleccionados con: “¡Matadlos a todos, y Dios ya separará a los
buenos!”. Ya que fue la contestación que recibieron a la pregunta de cómo se
iba a poder distinguir a los herejes de los buenos cristianos.
Los
cruzados, sedientos de sangre, pasaron a cuchillo a todos los inocentes que se
encontraron en su paso, desde niños, a ancianos, enfermos y mujeres. Hasta mataron
a numerosos sacerdotes. Y la catedral y otros templos no fueron respetados.
Debieron ser más de 20.000 las victimas. Más tarde, el trovador Guillermo de
Tudela, vio la tragedia de esta forma: “Nada les salvó, ni cruz, ni altar
sagrado; y esos diabólicos rufianes degollaron a sacerdotes, mujeres y niños.
Nadie escapó, ¡Que Dios acoja sus almas en la gloria!”.
Mientras
iban muriendo los últimos de Béziers, eran reventadas arcones, sótanos y
puertas. Los rufianes iban buscando tesoros inexistentes. También fueron
despojados los muertos de sus ropas, para llevarse algo de valor. Y todo esto a
pesar de la oposición de los capitanes de los cruzados muy enérgica pero con
escaso éxito. Pronto se decretó que fueran soldados a puntos estratégicos de la
ciudad con antorchas encendidas. No debía quedar intacta ninguna piedra. Las
llamas engulleron todo; mientras el denso humo se elevaba al cielo para
disponer sobre él de una corona de espinas sobre aquella matanza.
LOS HABITANTES DE BEZIERS LLEVADOS A LA HOGUERA |
-“Ya
no hay duda de que Dios es nuestro aliado. ¡Fijaos bien en el milagro que se
está produciendo ante nosotros!¡Nada que esté vivo volverá a preocuparse de la
maldita Gomorra!¡Sólo quedarán cenizas de la cloaca!. Gritó alguno de los
verdugos.
Se
fundieron las campanas de lo eficiente del incendio. Solo quedaron cenizas de
los muertos y la catedral explotó desde dentro en un crepitar fulgurante que
lanzó madera chamuscada y piedra a los alrededores cubriendo el suelo de cascotes
y restos ardiendo. Ríos de sangre inundaron las calles y un hedor insoportable,
fue acompañado de un humo negro repleto de pavesas, que obligó a huir a los
últimos saqueadores.
En
el momento que unos monjes comenzaron a cantar, aquellos que acompañaban a los
cruzados, se produjo el desplome de los restos de la muralla. Arnaud Almaric
envió más tarde una carta al Papa que como punto más destacado se puede citar: “Nuestros
bravos no han respetado ni categoría militar, ni sexo. Tampoco edad. Bajo sus
espadas justicieras han perecido cerca de veinte mil herejes. Por último, la
ciudad infecta fue saqueada y quemada. ¡La venganza divina ha resultado
maravillosa!”.
De
estos hechos otro trovador, Guillem Figueira dice: “Lucís con orgullo de los
monstruos, ¡oh, centro de la cristiandad!, un muy horrible tocado el de la
infamia, que llevaréis para siempre tú y el Císter, ya que sois responsables de
que se ordenara cometer en Béziers una carnicería tan espantosa.”. Fue una tragedia
respaldada por primera vez por la Iglesia Romana, la que promulga poner la otra
mejilla ante el golpe del enemigo.
LECTURA RECOMENDADA:
LA CRUZADA ALBIGENSE Y EL IMPERIO
ARAGONES: A VERDADERA HISTORIA DE LOS CATAROS, LA EXPANSION DE LA CORONA
DE ARAGON Y LA GESTACION DEL IMPERIO MEDITERRANEO ARAGONES (En papel)
DAVID BARRERAS , NOWTILUS, 2007
La verdadera historia de Los Cátaros, Jaime I el Conquistador y la
expansión de la Corona de Aragón.La apasionante historia de los orígenes
de Cataluña y Aragón, los cátaros y la cruzada organizada contra ellos
para permitir la anexión francesa de Occitania, la reconquista de
catalanes y aragoneses, y la gestación del imper
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