Parte de Castilla se alzó contra Carlos I, debido a ciertos
aspectos económicos y haber colocado a extranjeros en puestos rectores del
país, los comuneros se fijaron en la reina Doña Juana la Loca , madre del monarca, y a
ella acudieron, a Tordesillas, el 20 de agosto de 1520. A continuación se
reproduce un acta notarial del evento donde se nos informa de la breve
entrevista entre un jefe comunero, Juan de Padilla, y la reina.
Yo, Alonso de Balboa, escribano de sus majestades, y del
número de la Villa
de Tordesillas por el notario de Santa Clara de la dicha villa, por la
presente, doy fe que en veinte y tres días del mes de agosto de mil y
quinientos y veinte años, estando en el Palacio Real de la dicha villa ante la
muy alta y muy poderosa la Reina Doña
Juana nuestra señora, y estando ahí presente el Marques de Denia y Fray Juan de
Ávila, confesor de Su Alteza, y el Licenciado Bernaldino de Castro, teniente
Corregidor de la dicha villa, y Fernando de Vega y Sancho Vázquez de Cepeda, y
Ramón de Vega y Antonio de Vega regidores, y Bartolomé de Zamora procurador
general de dicha villa, y otras muchas personas de dicha villa y Corte de Su
Alteza; el dicho Bernaldino de Castro, teniente de Corregidor, or acuerdo del
Regimiento y Comunidad de la dicha villa dijo a Su Alteza muchas cosas
acaecidas en sus reinos después que el Rey Católico murió, a las cuales Su
Alteza respondió y dijo que le llamasen al Obispo de Málaga su capellán mayor,
y a los licenciados Polanco y Zapata y Aguirre, que quería hablar y platicar con
ellos y que ella proveería en ello. Fuele pedida una cédula y que la firmase
para llamar a los sobredichos, y Su Alteza no la quiso firmar, y dijo y mandó a
Ochoa de Holanda que los fuese a llamar, y el dicho teniente pidióle por
testimonio, de lo cual fueron testigos Alonso Seco y Pero Escudero, y otros
muchos vecinos de la dicha Villa, y yo el escribano Alonso Martín de Balboa,
escribano y notario público, sobre dicho fui presente a esto que dicho es, en
uno con los dichos testigos y los hice escribir, y por ende aquí este mío signo
que es atal en testimonios de verdad. Alonso Martín de Balboa.
PALACIO DE TORDESILLAS, ACTUAL CONVENTO DE SANTA CLARA DONDE LA REINA JUANA RECIBIÓ AL COMUNERO |
Para el obispo de Cuenca e los Licenciados Zapata, Polanco,
Aguirre, magníficos señores:
Hoy se levantó el pueblo de Tordesillas con apellido que
querían ver su Reina, lo cual no se pudo impedir ni remediar, que no se
hiciese, porque el pueblo lo pedía. Disputándose ciertas personas que la
hablasen, suplicáronle por una cédula después de dicho todo lo que el pueblo
pidió. Respondió que le placía de darle porque le llamasen al Obispo de Málaga
su capellán mayor y los Licenciados Zapata, Polanco y Aguirre mandó que se
escribiese una cédula para Vuestra Señoría, y mercedes, la cual lleva Ochoa de
Holanda suplicámosle muy afectuosamente que la firmase, no lo pudimos acabar
con su Alteza, salvo que formaría la cédula que Vuestra Señoría y mercedes
ordenasen, suplicamos a Vuestra Señoría y mercedes que vengan solos, y no
traigan otra gente ninguna, porque sería escándalo, y porque lo sentiría mejor
que nosotros lo decimos. No alargamos mas salvo que se tomó por testimonio lo
que Su Alteza mandó ante dos escribanos. Nuestro señor sus magníficas personas
con mayor estado y rentas guarde y prospere, de Tordesillas, a 23 de agosto de
1520 años. El testimonio se tomó ante el escribano de Yuso escrito y ante Ochoa
de Holanda. Por mandato y acuerdo de los señores Concejo, Justicia y Regidores
de la Villa de
Tordesillas. Alonso Martín de Balboa.
TESTIMONIO DE LA PLÁTICA
QUE JUAN DE PADILLA... CON
LA REINA DOÑA
JUANA
Este es traslado bien y fielmente sacado de una escritura de
cierta plática que pasaron los capitanes del ejército y gente de las ciudades
de Toledo y Segovia y Villa de Madrid con la
Reina Doña Juana, nuestra señora, y Su
Alteza con ellos, en la villa de Tordesillas, escrito en papel y signado de dos
notarios públicos, según por ella parecía su tenor, de la cual es esta que se
sigue.
RETRATO DE LA REINA JUANA LA LOCA. OBRA DEL MAESTRO DE LA LEYENDA DE SANTA CATALINA. ESCUELA FLAMENCA |
Notorio y manifiesto sea a todos los que la presente vieren,
como en la Villa
de Tordesillas, miércoles, veinte y nueve días del mes de agosto, año del
Nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo, de mil quinientos y veinte años, en
presencia de nos, Alonso Rodríguez de Palma, escribano de Sus Majestades, en la
su Corte y en todos los sus reinos y señoríos, y escribano público de los del
número de la dicha villa de Tordesillas por el Monasterio de Santa Clara la Real , de la dicha Villa, y el
bachiller Christobal de Camañas, pronotario apostólico y notario apostólico e
imperial y los testigo de Yuso escritos, la muy alta y muy poderosa Reina Doña
Juana, nuestra señora, enlas casas de sus palacios de la dicha villa, a unos
corredores de los dichos palacios, que salen sobre la plaza aquesta ante las
puertas de ellos, mirando de los dichos corredores los ejércitos de las gentes
de pie y de caballo que venian de Juan de Padilla, capitán general del ejército
de la muy noble, muy leal ciudad de Toledo, y del ejército de Juan Bravo,
capitán general de la muy noble y muy leal ciudad de Segovia, y del ejército de
Juan de Zapata, capitán general de la noble Villa de Madrid, los cuales dichos
ejércitos pasaban por la dicha plaza delante de los corredores del dicho
palacio, y su Majestad los miraba de ellos, y llegando dichos capitanes, todos
y cada uno de ellos hicieron la reverencia y acatamiento debido a Su Alteza, y
Su Majestad en persona les hizo señas con la mano, por la cual manifiestamente
pareció mandarles subir adonde Su Alteza estaba, y luego los dichos capitanes
generales, obedeciendo el dicho mandamiento de Su Majestad, juntamente con
Hernando de Ayala y Antonio Téllez de Guzmán, Y Pedro López de Ayala, y Diego
Serrano, y Pedro de Aguirre, y Alonso Quiles, y Luis Zapata e Cisneros, todos
capitanes de la gente de dichos ejércitos entraron en el dicho palacio y se apearon,
y subieron a donde Su Majestad estaba, y las rodillas en el suelo, se
presentaron ante Su Alteza y le pidieron la mano, y Su Alteza los recibió
benigna y alegremente, y luego el dicho
Juan de Padilla, las rodillas en el suelo, por si y en nombre de los dichos
ejércitos y capitanes de ellos, hizo relación de la causa de su venida
largamente y entre muchas palabras y razones habló a Su Alteza, dijo como ellos
venían a besar las manos a Su Majestad, y a visitarla como a su reina y señora
natural, y hacerle saber los grandes males y escándalos y daños que estos sus
reinos habían recibido y recibían, a causa de la mala gobernación que en ellos
había habido, y asimismo para prohibir y excusar a Su Majestad no fuese
impedida por algunos tiranos que habían procurado de la impedir, y de tomar a la Ilustrísima señora
Infanta Doña Catalina, que tanto era descanso y consuelo de Su Majestad, a las
cuales razones Su Majestad le respondió diciendo que “cierto yo os soy en mucho
cargo y en verdad os tengo obligación de tan buen deseo como habéis tenido y
tenéis a mi servicio”; y al tiempo que el dicho Juan de Padilla dijo que
tiranos habían querido llevar la señora Infanta, Su Majestad se asperó y
resabió de ello, mostrando gran sentimiento. Y el dicho Juan de Padilla dijo:
-
Señora:
mande Vuestra Alteza, que pues algunas ciudades de estos vuestros reinos y
comunidades de ellas nos hemos juntado para el servicio de Vuestro Alteza, y
para estar en su defensa, que será bien declararnos su voluntad, y lo que más
sea su servicio que se haga, y si manda Vuestra Alteza que estemos aquí en su
servicio.
A lo cuál Su Majestad respondió:
-
¡Sí,
si! Estad aquí en mi servicio y avisadme de todo, y castigar los malos, que en
verdad yo os tenga mucha obligación”.
Y añadió que le placia de las personas que con tal deseo y
voluntad se habían así movido. Y el dicho Juan de Padilla respondió:
-
Así
se hará, como Vuestra Majestad lo manda, y beso las manos de Vuestra Majestad.
JUAN DE PADILLA |
A lo cual todo que dicho es, los dichos escribanos fuimos
presentes, y lo vimos pasar y decir según y como dicho es. Y fueron de ellos
testigos el Licenciado Bernaldino de Castro, Justicia en la dicha Villa de
Tordesillas, y Ramón de Vega y Fernando de Vega, regidores de dicha Villa, y
Diego de Ribera, camarero de Su Alteza, y el comendador Luis de Quintanilla,
vecino de Medina de Campo y otras personas, ansí de los dichos ejércitos como
criados de Su Majestad, y vecinos de la dicha villa que se hallaron presentes
de ellos a todo lo que dicho es, y de ellos a partes de ello, y el dicho Juan
de Padilla y los otros capitanes lo pidieron por testimonio, va escrito entre
renglones o diz y notario apostólico vala y no lo empezca.
Y nos, los dichos Alonso Rodríguez de Palma y bachiller
Christobal de Camañas, escribanos y notarios públicos susodichos presentes
fuimos a todo lo que dicho es, en uno
con los dichos testigos, y lo vimos y oimos pasar así como de suso se contiene,
por ende fecimos aquí nuestros signos y tales en testimonio de verdad:
pronotario Camañas. – El bachiller Camañas, pronotario -. Alonso Rodríguez de
Palma….
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